Con sorpresa y emoción,
una boca que bebía
del seno de la Poesía
dijo, apartando el plumón:
¡Oh mi madre Inteligencia
de quien el dulzor fluyó!
¿Cuál extraña negligencia
ahora tu seno secó?
Con sorpresa y emoción,
una boca que bebía
del seno de la Poesía
dijo, apartando el plumón:
¡Oh mi madre Inteligencia
de quien el dulzor fluyó!
¿Cuál extraña negligencia
ahora tu seno secó?
Sobre tu pecho divino
apenas ponía mi sien,
sentía el mecer marino
de tu corazón de bien;
recién, en la obscura niebla
que bajó hasta tu beldad,
sentía, al beber tiniebla
llenarme de claridad.
Dios diluido en tu esencia,
Lleno de felicidad
y dócil a la conciencia
De la gran tranquilidad,
Alcancé la noche pura
y olvidéme del no ser,
pues, un río de ventura
por mí parecía correr. .
¿Qué escrúpulo temeroso,
qué despecho te asaltó,
que tu fluir milagroso
en mis labios se cortó?
¡Oh rigor! Yo bien recelo
que tu alma se ofendió
el silencio, cisne en vuelo,
ya no reina entre tú y yo.
¡Oh Inmortal! Ya no me informa
de tesoros tu mirar
y se hizo piedra la forma
que yo sentí palpitar
Me han privado tus agravios
hasta del cielo el claror.
¿Qué serás tú sin mis labios?
¿Qué seré yo sin tu amor?
Pero la fuente ya inerte
Le respondió sin pasión:
-¡Ay, me has mordido muy fuerte!
No late mi corazón.
Par la surprise saisie,
Une bouche qui buvait
Au sein de la Poésie
En sépare son duvet:
- O ma mère Intelligence,
De qui la douceur coulait,
Quelle est cette négligence
Qui laisse tarir son lait!
A peine sur ta poitrine,
Accablé de blancs liens,
Me berçait l'onde marine
De ton cœur chargé de biens;
A peine, dans ton ciel sombre,
Abattu sur ta beauté,
Je sentais, à boire l'ombre,
M'envahir une clarté!
Dieu perdu dans son essence,
Et délicieusement
Docile à la connaissance
Du suprême apaisement,
Je touchais à la nuit pure,
Je ne savais plus mourir,
Car un fleuve sans coupure
Me semblait me parcourir...
Dis, par quelle crainte vaine,
Par quelle ombre de dépit,
Cette merveilleuse veine
A mes lèvres se rompit?
O rigueur, tu m'es un signe
Qu'à mon âme je déplus!
Le silence au vol de cygne
Entre nous ne règne plus!
Immortelle, ta paupière
Me refuse mes trésors,
Et la chair s'est faite pierre
Qui fut tendre sous mon Corps!
Des deux même tu me sèvres,
Par quel injuste retour?
Que seras-tu sans mes lèvres?
Que serai-je sans amour? -
Mais la Source suspendue
Lui répond sans dureté:
- Si fort vous m'avez mordue
Que mon cœur s'est arrêté!