Cuando me tiro de noche en el ataúd del lecho que es menos duro que el otro porque ya sabe mis huesos, me pongo a mirar arriba los astros de mis recuerdos.
Aquél que se abrió de pronto cuando todo era misterio. El otro que se apagó antes de sentirse abierto.
A veces grito iracundo: aquí me falta un lucero, aquí me sobra una estrella. ¿Quién hizo este firmamento?
Una voz piadosa dice que no es cielo sino techo. -Por mi vida, grito yo, dejadme saber mi sueño. Donde yo pongo los ojos todo es cielo-
Cuando me tiro de noche en el ataúd del lecho que es menos duro que el otro porque ya sabe mis huesos, me pongo a mirar arriba los astros de mis recuerdos.