Llanto sobre una isla, de Pedro Garfias | Poema

    Poema en español
    Llanto sobre una isla

       I 


    Ahora 
    Ahora sí que voy a llorar sobre esta gran roca sentado 
    la cabeza en la bruma y los pies en el agua 
    y el cigarrillo apagado entre los dedos... 

    Ahora 
    Ahora sí que voy a vaciaros ojos míos, corazón mío, 
    abrir vuestras espitas y vaciaros 
    sin peligro de inundaciones. 
    Ahora voy a llorar por vosotros los secos 
    los que exprimís vuestra congoja como una virgen sus pechos 
    y por vosotros los extintos 
    que ya exhaláis vapor de hieles. 

    Ahora voy a llorar por los que han muerto sin saber por qué 
    cuyos porqués resuenan todavía 
    en la tirante bóveda impasible... 
    Y también por vosotras, lívidas, turbias, desinfladas madres, 
    vientres de larga voz que araña los caminos. 
    Un llanto espeso por los pueblecitos 
    que ayer triscaban a un sol cándido y jovial 
    y hoy mugen a las sombras tras las empalizadas. 

    Y por las multitudes 
    que pasan sus vigilias escarbando la tierra... 
    Un llanto viudo por los transeúntes 
    tan serios en el ataúd de su levita. 

    Ahora 
    Ahora voy a llorar mis llantos olvidados 
    mis llantos retenidos en su frente 
    como pájaros presos en la liga. 
    Los llantos subterráneos 
    los que minan el mundo y lo socavan 
    los que buscan la flor de la corteza 
    y el cauce de la luz, los llantos mínimos 
    y los llantos caudales acudan a mis ojos 
    y fluyan en corriente sosegadas 
    a incorporarse al llanto universal. 

    Sobre esta roca verdinegra 
    agua y agua a mi alrededor 
    ahora si voy a llorar a gusto.