Huele a sangre mezclada con espliego, de Rafael Alberti | Poema

    Poema en español
    Huele a sangre mezclada con espliego

    Huele a sangre mezclada con espliego, 
    venida entre un olor de resplandores. 
    A sangre huelen las quemadas flores 
    y a súbito ciprés de sangre el fuego. 

    Del aire baja un repentino riego 
    de astro y sangre resueltos en olores, 
    y un tornado de aromas y colores 
    al mundo deja por la sangre ciego. 

    Fría y enferma y sin dormir y aullando, 
    desatada la fiebre va saltando, 
    como un temblor, por las terrazas solas. 

    Coagulada la luna en la cornisa, 
    mira la adolescente sin camisa 
    poblársele las ingles de amapolas.

    Rafael Alberti nació en 1902 en Puerto de Santa María, Cádiz. Publicó su primer libro de versos en 1925, Marinero en tierra, que Juan Ramón Jiménez prologó con una fraternal carta. En ella, Juan Ramón se confesaba compatriota de Alberti "por tierra, mar y cielo del oeste andaluz". Andalucía es la materia prima de su primer libro, con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura. El paisaje de la bahía de Cádiz, la tierra y el cielo andaluces y recuerdos de la infancia alimentan La amante (Canciones), publicado en 1926, asumiendo la apariencia de un manual de geografía lírica. Algunos críticos consideran tres fases en su obra: la primera de una raíz popular, fresca, graciosa y ágil; la segunda, un retorno a la tradición culta bajo el influjo de Góngora; y por último, un estilo en el que el humor es casi amargura, con innovaciones surrealistas y un depurado intelectualismo. A partir de 1931, sin pretenderlo, su obra cobra un cariz político. En 1976 regresa a España y es elegido al año siguiente diputado por Cádiz del Partido Comunista, cargo al que renunciaría para dedicarse a su obra. Recibió el Premio Cervantes en 1983. Falleció en Puerto de Santa María, Cádiz, en 1999.