Sueño del marinero, de Rafael Alberti | Poema

    Poema en español
    Sueño del marinero

    Yo, marinero, en la ribera mía, 
    posada sobre un cano y dulce río 
    que da su brazo a un mar de Andalucía, 

    sueño en ser almirante de navío, 
    para partir el lomo de los mares, 
    al sol ardiente y a la luna fría. 

    ¡Oh los yelos del sur! ¡Oh las polares 
    islas del norte! ¡Blanca primavera, 
    desnuda y yerta sobre los glaciares, 

    cuerpo de roca y alma de vidriera! 
    ¡Oh estío tropical, rojo, abrasado, 
    bajo el plumero azul de la palmera! 

    Mi sueño, por el mar condecorado, 
    va sobre su bajel, firme, seguro, 
    de una verde sirena enamorado, 

    concha del agua allá en su seno oscuro. 
    ¡Arrójame a las ondas, marinero- 
    -Sirenita del mar, yo te conjuro! 
    ¡Sal de tu gruta, que adorarte quiero, 
    sal de tu gruta, virgen sembradora, 
    a sembrarme en el pecho tu lucero! 

    Ya está flotando el cuerpo de la aurora 
    en la bandeja azul del océano 
    y la cara del cielo se colora 

    de carmín. Deja el vidrio de tu mano 
    disuelto en la alba urna de mi frente, 
    alga de nácar y cantadora en vano 

    bajo el verjel azul de la corriente. 
    ¡Gélidos desposorios submarinos 
    con el ángel barquero del relente 

    y la luna del agua por padrinos! 
    El mar, la tierra, el aire, mi sirena, 
    surcaré atado a los cabellos finos 

    y verdes de tu álgida melena. 
    Mis gallardetes blancos enarbola, 
    ¡Oh marinero!, ante la aurora llena 

    ¡Y ruede por el mar tu caracola!

    Rafael Alberti nació en 1902 en Puerto de Santa María, Cádiz. Publicó su primer libro de versos en 1925, Marinero en tierra, que Juan Ramón Jiménez prologó con una fraternal carta. En ella, Juan Ramón se confesaba compatriota de Alberti "por tierra, mar y cielo del oeste andaluz". Andalucía es la materia prima de su primer libro, con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura. El paisaje de la bahía de Cádiz, la tierra y el cielo andaluces y recuerdos de la infancia alimentan La amante (Canciones), publicado en 1926, asumiendo la apariencia de un manual de geografía lírica. Algunos críticos consideran tres fases en su obra: la primera de una raíz popular, fresca, graciosa y ágil; la segunda, un retorno a la tradición culta bajo el influjo de Góngora; y por último, un estilo en el que el humor es casi amargura, con innovaciones surrealistas y un depurado intelectualismo. A partir de 1931, sin pretenderlo, su obra cobra un cariz político. En 1976 regresa a España y es elegido al año siguiente diputado por Cádiz del Partido Comunista, cargo al que renunciaría para dedicarse a su obra. Recibió el Premio Cervantes en 1983. Falleció en Puerto de Santa María, Cádiz, en 1999.