El piano de Genoveva, de Ramón López Velarde | Poema

    Poema en español
    El piano de Genoveva

    Piano llorón de Genoveva, doliente piano 
    que en tus teclas resumes de la vida el arcano; 
    piano llorón, tus teclas son blancas y son negras, 
    como mis días negros, como mis blancas horas; 
    piano de Genoveva que en la alta noche lloras, 
    que hace muchos inviernos crueles que no te alegras: 
    tu música es historia de poéticos males, 
    habla de encantamientos y de princesas reales, 
    de los pequeños novios que por robar los nidos 
    una tarde nublada se quedaron perdidos 
    en el bosque; y nos cuenta de la niña agraciada 
    que recibió regalos de sus once madrinas, 
    que no invitó a la otra a sus bodas divinas 
    y que sufrió por ello los enojos del hada. 

    Me pareces, ¡oh piano!, por tu voz lastimera, 
    una caja de lágrimas, y tu oscura madera 
    me evoca la visita del primer ataúd 
    que recibí en mi casa en plena juventud. 

    Piano de Genoveva, te amo por indiscreto; 
    de tu alma a todo el mundo revelas el secreto; 
    cuentas, uno por uno, todos sus desengaños. 

    Piano llorón, la hermosa más hermosa del valle, 
    se nos ha vuelto triste porque tiene treinta años 
    y no hay por todo el pueblo quien ronde por su calle. 

    Genoveva, regálame tu amor crepuscular: 
    esos dulces treinta años yo los puedo adorar. 
    Ruégale tú que al menos, pobre piano llorón, 
    con sus plantas minúsculas me pise el corazón.