Preámbulo inevitable a 'Algunos poemas deliberadamente románticos'
Para Mario Mariscal
No haremos obra perdurable. No tenemos de la mosca la voluntad tenaz.
Mientras haya vigor pasaremos revista a cuanta niña vista y calce regular...
Como Nerón, emperador y mártir de moralistas cursis, coronados de rosas o cualquier otra flor de la estación, miraremos las cosas detrás de una esmeralda de ilusión...
Va pasando de moda meditar. Oh, sabios, aprended un oficio. Los temas trascendentes han quedado, como Dios, retirados de servicio. La ciencia... los salarios... el arte... la mujer... Problemas didascálicos, se tratan cuando más, a la hora del cocktail.
¿Y el dolor?, ¿y la muerte ineluctable?... Asuntos de farmacia y notaría. Una noche -la noche es más propicia- vendrán con aspavientos de pariente, pero ya nuestra trémula vejez encongeráse de hombros, y si acaso, murmurará cristianamente... Pues...
No enturbies, señora, la luz de tus ojos, no llores, señora, porque el llanto afea y el riñón inunda de hirientes abrojos pues quien mucho llora muy escaso mea. Si fue por tus hijos cesa ya tu llanto. Si fue por tu amante, con mayor razón...
Sabia virtud de conocer el tiempo; a tiempo amar y desatarse a tiempo; como dice el refrán: dar tiempo al tiempo... que de amor y dolor alivia el tiempo.