Hemos amado juntos tantas cosas que es difícil amarlas separados. Parece que se hubieran alejado de pronto o que el amor fuera una hormiga escalando los declives del cielo.
Hemos vivido juntos tanto abismo que sin ti todo parece superficie, órbita de simulacros que resbalan, tensión sin extensiones, vigilancia de cuerpos sin presencia.
Hemos perdido juntos tanta nada que el hábito persiste y se da vuelta y ahora todo es ganancia de la nada. El tiempo se convierte en antitiempo porque ya no lo piensas.
Hemos callado y hablado tanto juntos que hasta callar y hablar son dos traiciones, dos sustancias sin justificación, dos sustitutos.
Lo hemos buscado todo, lo hemos hallado todo, lo hemos dejado todo.
Únicamente no nos dieron tiempo para encontrar el ojo de tu muerte, aunque fuera también para dejarlo.
Así como no podemos sostener mucho tiempo una mirada, tampoco podemos sostener mucho tiempo la alegría, la espiral del amor, la gratuidad del pensamiento, la tierra en suspensión del cántico.
Hay que inventar respiraciones nuevas. Respiraciones que no sólo consuman el aire, sino que además lo enriquezcan y hasta lo liberen de ciertas combinaciones taciturnas.
Hemos amado juntos tantas cosas que es difícil amarlas separados. Parece que se hubieran alejado de pronto o que el amor fuera una hormiga escalando los declives del cielo.