La independencia fue para que hubiese pueblo y no mugrosa plebe: hombres, no borregos de desfile; para que hubiese ciudadanos; para que júbilo goce la infancia en decencia de hogares sin miseria; para que abunden los jardines de recreo infantil; y los juguetes; y, mejores que las flores, y más bulliciosos que los pájaros, más dulces que las frutas, crezcan los niños y maduren en salud y alegría que el Estado ampare y el buen gobernante garantice, porque la Patria, antes que todo, es madre.
Ya me curé de la literatura. Estas cosas no hay cómo contarlas. Estoy piojoso y eso es lo de menos. De nada sirven las palabras. Está haciendo frío por unas razones muy sencillas que no recuerdo ahora. Tal vez porque es invierno.
La independencia fue para que hubiese pueblo y no mugrosa plebe: hombres, no borregos de desfile; para que hubiese ciudadanos; para que júbilo goce la infancia en decencia de hogares sin miseria; para que abunden los jardines de recreo
La bala que me hiera será bala con alma. El alma de esa bala será como sería la canción de una rosa si las flores cantaran o el olor de un topacio si las piedras olieran, o la piel de una música si nos fuese posible
¿Ves todas las banderas que adornan la Avenida? Las barras y las estrellas formidables, el tricolor de Francia, el pabellón de Flandes, los colores de Italia, las equis de Inglaterra, el sol japonés, la estrella solitaria de Cuba,