¡Oh, qué cansado estoy de mi cobarde, vieja, tan salvaje tierra, y cómo me gustaría alejarme, hacia el norte, en donde dicen que la gente es limpia y noble, culta, rica, libre, despierta y feliz! Entonces, en la congregación, los hermanos dirían, desaprobando: «Como el pájaro que deja el nido, así el hombre que abandona su lugar», mientras yo, bien lejos, me reiría de la ley y de la antigua sabiduría de mi árido pueblo. Pero no he de realizar nunca mi sueño y aquí me quedaré hasta la muerte. Pues soy también muy cobarde y salvaje y amo, además, con desesperado dolor, a esta mi pobre, sucia, triste, desdichada patria.
¡Oh, qué cansado estoy de mi cobarde, vieja, tan salvaje tierra, y cómo me gustaría alejarme, hacia el norte, en donde dicen que la gente es limpia y noble, culta, rica, libre, despierta y feliz! Entonces, en la congregación, los hermanos dirían,