Una cama no es sólo el colchón, las sábanas,
las almohadas.
No sólo está hecha de hierro o de madera.
No sólo es para una o para dos.
La cama tuya y mía es tornadiza
como los días de verano:
playa de arenas blancas, lisa y calma
cuando nos tendemos para mirarnos
sin recelos sin horizonte
pensamiento adentro el uno al otro
en lasitud de luna el paso reflexivo,
nubes destilando humedades,
apetencias que nos bañan;
y entonces ya no estamos en la playa
sino en un mar de aguas huracanadas
y la cama es una ola en su rompiente,
un torbellino de espuma abierta
en el que se arremolinan los pulpos del deseo
junto a las algas anguilas quemantes,
y en la deriva de pliegues y fragmentos
tu voz es una balsa y tu cuerpo el remolque
que me lleva a la orilla original;
y la cama ya no es playa ni mar
sino isla
donde una niña duerme
acunada en el regazo de la tierra.