Una cama no es sólo el colchón, las sábanas, las almohadas. No sólo está hecha de hierro o de madera. No sólo es para una o para dos. La cama tuya y mía es tornadiza como los días de verano: playa de arenas blancas, lisa y calma cuando nos tendemos para mirarnos sin recelos sin horizonte pensamiento adentro el uno al otro en lasitud de luna el paso reflexivo, nubes destilando humedades, apetencias que nos bañan; y entonces ya no estamos en la playa sino en un mar de aguas huracanadas y la cama es una ola en su rompiente, un torbellino de espuma abierta en el que se arremolinan los pulpos del deseo junto a las algas anguilas quemantes, y en la deriva de pliegues y fragmentos tu voz es una balsa y tu cuerpo el remolque que me lleva a la orilla original; y la cama ya no es playa ni mar sino isla donde una niña duerme acunada en el regazo de la tierra.
Dicen que Dios está en todas partes que todo lo ve. ¿Estás en todas partes, Dios todas las guerras el hambre viva los estómagos embalsamados el ojo inmenso de cíclope insomne de Dios, lo ve?
Señor, la que hiciste a tu imagen está sola Ha perdido el rumbo y su boca que ha comido de tu cuerpo tu boca que ha bebido de tu sangre está muda Tú que la ungiste en el paraíso con palabras nuevas como el agua
Nada quedará de tu presencia que no sea el recuerdo: pedazos de imágenes rastros que otras presencias desvanecerán. Nada quedará de esta tarde: ni la felicidad que comienza con el ruido de las cucharillas en las tazas de café
Una cama no es sólo el colchón, las sábanas, las almohadas. No sólo está hecha de hierro o de madera. No sólo es para una o para dos. La cama tuya y mía es tornadiza como los días de verano: playa de arenas blancas, lisa y calma