A la orilla, de Sully Prudhomme | Poema

    Poema en español
    A la orilla

    Sentarse los dos a la orilla del agua que pasa 
    y verla pasar. Si se desliza una nube en el espacio, 
    verla, los dos, deslizarse. 
    Si en el horizonte humea un tejado de paja, 
    verlo humear. 
    Si alguna flor perfuma los alrededores, 
    perfumarse en ella también. 
    Si nos apetece algún fruto 
    que prueban las abejas, 
    probarlo. 
    Si en los bosques que lo escuchan, 
    canta algún pájaro, 
    escuchar. 

    A los pies de un sauce 
    donde el agua murmura, 
    oír el agua murmurar, 
    y no sentir pasar el tiempo 
    mientras dura ese sueño, 
    ni poner una pasión profunda 
    más que en adorarse. 

    No preocuparse de las mundanales querellas, 
    ignorarlas. 
    ¡Y, solos, felices sin cansarse ante todo lo que cansa, 
    sentir, ante todo lo que pasa, 
    no pasar el amor! 

    • Sentarse los dos a la orilla del agua que pasa 
      y verla pasar. Si se desliza una nube en el espacio, 
      verla, los dos, deslizarse. 
      Si en el horizonte humea un tejado de paja, 
      verlo humear. 
      Si alguna flor perfuma los alrededores, 
      perfumarse en ella también. 

    • La costumbre es una forastera 
      que suplanta a nuestra razón, 
      una vieja ama de casa que se instala en el hogar. 
      Es discreta, humilde y leal. 
      Conoce todos los rincones. 
      Nunca nos ocupamos de ella 
      porque sus atenciones son invisibles.