Altazor - Canto I, de Vicente Huidobro | Poema

    Poema en español
    Altazor - Canto I

    Altazor ¿por qué perdiste tu primera serenidad? 
    ¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu sonrisa 
    Con la espada en la mano? 
    ¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de un dios? 
    ¿Por qué un día de repente sentiste el terror de ser? 
    Y esa voz que te gritó vives y no te ves vivir 
    ¿Quién hizo converger tus pensamientos al cruce de todos los vientos del dolor? 
    Se rompió el diamante de tus sueños en un mar de estupor 
    Estás perdido Altazor 
    Solo en medio del universo 
    Solo como una nota que florece en las alturas del vacío 
    No hay bien no hay mal ni verdad ni orden ni belleza 
    ¿En dónde estás Altazor? 

    La nebulosa de la angustia pasa como un río 
    Y me arrastra según la ley de las atracciones 
    La nebulosa en olores solidificada huye su propia soledad 
    Siento un telescopio que me apunta como un revólver 
    La cola de un cometa me azota el rostro y pasa relleno de eternidad 
    Buscando infatigable un lago quieto en donde refrescar su tarea ineludible 

    Altazor morirás.     Se secará tu voz y serás invisible 
    La Tierra seguirá girando sobre su órbita precisa 
    Temerosa de un traspiés como el equilibrista sobre el alambre que ata las miradas del pavor 
    En vano buscas ojo enloquecido 
    No hay puerta de salida y el viento desplaza los planetas 
    Piensas que no importa caer eternamente si se logra escapar 
    ¿No ves que vas cayendo ya? 
    Limpia tu cabeza de prejuicio y moral. 
    Y si queriendo alzarte nada has alcanzado 
    Déjate caer sin parar tu caída sin miedo al fondo de la sombra 
    Sin miedo al enigma de ti mismo 
    Acaso encuentres una luz sin noche 
    Perdida en las grietas de los precipicios 

    Cae 
     Cae eternamente 
    Cae al fondo del infinito                    
    Cae al fondo del tiempo            
    Cae al fondo de ti mismo 
    Cae lo más bajo que se pueda caer 
    Cae sin vértigo 
    A través de todos los espacios y todas las edades 
    A través de todas las almas de todos los anhelos y todos los naufragios 
    Cae y quema al pasar los astros y los mares 
    Quema los ojos que te miran y los corazones que te aguardan 
    Quema el viento con tu voz 
    El viento que se enreda en tu voz 
    Y la noche que tiene frío en su gruta de huesos 

    Cae en infancia 
    Cae en vejez 
    Cae en lágrimas 
    Cae en risas 
    Cae en música sobre el universo 
    Cae de tu cabeza a tus pies 
    Cae de tus pies a tu cabeza 
    Cae del mar a la fuente 
    Cae al último abismo de silencio 
    Como el barco que se hunde apagando sus luces 

    Todo se acabó 
    El mar antropófago golpea la puerta de las rocas despiadadas 
    Los perros ladran a las horas que se mueren 
    Y el cielo escucha el paso de las estrellas que se alejan. 
    Estás solo 
    Y vas a la muerte derecho como un iceberg que se desprende del polo 
    Cae la noche buscando su corazón en el océano 
    La mirada se agranda como los torrentes 
    Y en tanto que las olas se dan vuelta 
    La luna niño de luz se escapa de alta mar 
    Mira este cielo lleno 
    Más rico que los arroyos de las minas 
    Cielo lleno de estrellas que esperan el bautismo 
    Todas esas estrellas salpicaduras de un astro de piedra lanzado en las aguas eternas 
    No saben lo que quieren ni si hay redes ocultas más allá 
    Ni qué mano lleva las riendas 
    Ni qué pecho sopla el viento sobre ellas 
    Ni saben sí no hay mano y no hay pecho 
    Las montañas de pesca 
    Tienen la altura de mis deseos 
    Y yo arrojo fuera de la noche mis últimas angustias 
    Que los pájaros cantando dispersan por el mundo. 

    Reparad el motor del alba 
    En tanto me siento al borde de mis ojos 
    Para asistir a la entrada de las imágenes 

    Soy yo Altazor 
    Altazor 
    Encerrado en la jaula de su destino 
    En vano me aferro a los barrotes de la evasión posible 
    Una flor cierra el camino 
    Y se levanta como la estatua de las llamas 
    La evasión imposible 
    Más débil marcho con mis ansias 
    Que un ejército sin luz en medio de emboscadas 

    Abrí los ojos en el siglo 
    En que moría el cristianismo. 
    Retorcido en su cruz agonizante 
    Ya va a dar el último suspiro 
    ¿Y mañana qué pondremos en el sitio vacío? 
    Pondremos un alba o un crepúsculo 
    ¿Y hay que poner algo acaso? 
    La corona de espinas 
    Chorreando sus últimas estrellas se marchita 
    Morirá el cristianismo que no ha resuelto ningún problema 
    Que sólo ha enseñado plegarias muertas. 
    Muere después de dos mil años de existencia 
    Un cañoneo enorme pone punto final a la era cristiana 
    El Cristo quiere morir acompañado de millones de almas 
    Hundirse en sus templos 
    Y atravesar la muerte con un cortejo inmenso 
    Mil aeroplanos saludan la nueva era 
    Ellos son los oráculos y las banderas 

    Hace seis meses solamente 
    Dejé la ecuatorial recién cortada 
    En la tumba guerrera del esclavo paciente 
    Corona de piedad sobre la estupidez humana. 
    Soy yo que estoy hablando en este año 1919 
    Es el invierno 
    Ya la Europa enterró todos sus muertos 
    Y un millar de lágrimas hacen una sola cruz de nieve 
    Mirad esas estepas que sacuden las manos 
    Millones de obreros han comprendido al fin 
    Y levantan al cielo sus banderas de aurora 
    Venid venid os esperamos porque sois la esperanza 
    La única esperanza 
    La última esperanza. 

    Soy yo Altazor el doble de mí mismo 
    El que se mira obrar y se ríe del otro frente a frente 
    El que cayó de las alturas de su estrella 
    Y viajó veinticinco años 
    Colgado al paracaídas de sus propios prejuicios 
    Soy yo Altazor el del ansia infinita 
    Del hambre eterno y descorazonado 
    Carne labrada por arados de angustia 
    ¿Cómo podrá dormir mientras haya adentro tierras desconocidas? 
    Problemas 
    Misterios que se cuelgan a mi pecho 
    Estoy solo 
    La distancia que va de cuerpo a cuerpo 
    Es tan grande como la que hay de alma a alma 
    Solo 
     Solo 
            Solo 
    Estoy solo parado en la punta del año que agoniza 
    El universo se rompe en olas a mis pies 
    Los planetas giran en torno a mi cabeza 
    Y me despeinan al pasar con el viento que desplazan 
    Sin dar una respuesta que llene los abismos 
    Ni sentir este anhelo fabuloso que busca en la fauna del cielo 
    Un ser materno donde se duerma el corazón 
    Un lecho a la sombra del torbellino de enigmas 
    Una mano que acaricie los latidos de la fiebre. 
    Dios diluido en la nada y el todo 
    Dios todo y nada 
    Dios en las palabras y en los gestos 
    Dios mental 
    Dios aliento 
    Dios joven Dios viejo 
    Dios pútrido 
            lejano y cerca 
    Dios amasado a mi congoja 

    Sigamos cultivando en el cerebro las tierras del error 
    Sigamos cultivando las tierras veraces en el pecho 
    Sigamos 
    Siempre igual como ayer mañana y luego y después 
    Nó 
    No puede ser. Cambiemos nuestra suerte 
    Quememos nuestra carne en los ojos del alba 
    Bebamos la tímida lucidez de la muerte 
    La lucidez polar de la muerte. 
    Canta el caos al caos que tiene pecho de hombre 
    Llora de eco en eco por todo el universo 
    Rodando con sus mitos entre alucinaciones 
    Angustia de vacío en alta fiebre 
    Amarga conciencia del vano sacrificio 
    De la experiencia inútil del fracaso celeste 
    Del ensayo perdido 
    Y aún después que el hombre haya desaparecido 
    Que hasta su recuerdo se queme en la hoguera del tiempo 
    Quedará un gusto a dolor en la atmósfera terrestre 
    Tantos siglos respirada por miserables pechos plañideros 
    Quedará en el espacio la sombra siniestra 
    De una lágrima inmensa 
    Y una voz perdida aullando desolada 
    nada nada nada 
    Nó 
    No puede ser 
    Consumamos el placer 
    Agotemos la vida en la vida 
    Muera la muerte infiltrada de rapsodias langurosas 
    Infiltrada de pianos tenues y banderas cambiantes como crisálidas 
    Las rocas de la muerte se quejan al borde del mundo 
    El viento arrastra sus florescencias amargas 
    Y el desconsuelo de las primaveras que no pueden nacer. 
    Todas son trampas 
                trampas del espíritu 
    Transfusiones eléctricas de sueño y realidad 
    Oscuras lucideces de esta larga desesperación petrificada en soledad 
    Vivir vivir en las tinieblas 
    Entre cadenas de anhelos tiránicos collares de gemidos 
    Y un eterno viajar en los adentros de sí mismo. 
    Con dolor de límites constantes y vergüenza de ángel estropeado 
    Burla de un dios nocturno 
    Rodar rodar rotas las antenas en medio del espacio 
    Entre mares alados y auroras estancadas 

    Yo estoy aquí de pie ante vosotros 
    En nombre de una idiota ley proclamadora 
    De la conservación de las especies 
    Inmunda ley 
    Villana ley arraigada a los sexos ingenuos. 
    Por esa ley primera trampa de la inconciencia 
    El hombre se desgarra 
    Y se rompe en aullidos mortales por todos los poros de su tierra. 
    Yo estoy aquí de pie entre vosotros 
    Se me caen las ansias al vacío 
    Se me caen los gritos a la nada 
    Se me caen al caos las blasfemias 
    Perro del infinito trotando entre astros muertos 
    Perro lamiendo estrellas y recuerdos de estrella 
    Perro lamiendo tumbas 
    Quiero la eternidad como una paloma en mis manos 

    Todo ha de alejarse en la muerte esconderse en la muerte 
    Yo tú él nosotros vosotros ellos 
    Ayer hoy mañana 
    Pasto en las fauces del insaciable olvido 
    Pasto para la rumia eterna del caos incansable 
    Justicia ¿qué has hecho de mí Vicente Huidobro? 
    Se me cae el dolor de la lengua y las alas marchitas 
    Se me caen los dedos muertos uno a uno 
    ¿Qué has hecho de mi voz cargada de pájaros en el atardecer 
    La voz que me dolía como sangre? 
    Dadme el infinito como una flor para mis manos 

    Seguir 
    Nó. Basta ya 
    Seguir cargado de mundos de países de ciudades 
    Muchedumbres aullidos 
    Cubierto de climas hemisferios ideas recuerdos 
    Entre telarañas de sepulcros y planetas conscientes 
    Seguir del dolor al dolor del enigma al enigma 
    Del dolor de la piedra al dolor de la planta 
    Porque todo es dolor 
    Dolor de batalla y miedo de no ser 
    Lazos de dolor atan la tierra al cielo las aguas a la tierra 
    Y los mundos galopan en órbitas de angustia 
    Pensando en la sorpresa 
    La latente emboscada en todos los rincones del espacio. 
    Me duelen los pies como ríos de piedra 
    ¿Qué has hecho de mis pies? 
    ¿Qué has hecho de esta bestia universal 
    De este animal errante? 
    Esta rata en delirio que trepa las montañas 
    Sobre un himno boreal o alarido de tierra 
    Sucio de tierra y llanto 
                    de tierra y sangre 
    Azotado de espinas y los ojos en cruz. 
    La conciencia es amargura 
    La inteligencia es decepción 
    Sólo en las afueras de la vida 
    Se puede plantar una pequeña ilusión 

    Ojos ávidos de lágrimas hirviendo 
    Labios ávidos de mayores lamentos 
    Manos enloquecidas de palpar tinieblas 
    Buscando más tinieblas 
    Y esta amargura que se pasea por los huesos 
    Y este entierro en mi memoria 
    Este entierro que se alarga en mi memoria 
    Este largo entierro que atraviesa todos los días mi memoria 
    Seguir 
    Nó 
    Que se rompa el andamio de los huesos 
    Que se derrumben las vigas del cerebro 
    Y arrastre el huracán los trozos a la nada al otro lado 
    En donde el viento azota a Dios 
    En donde aún resuene mi violín gutural 
    Acompañando el piano póstumo del Juicio Final 

    Eres tú tú el ángel caído 
    La caída eterna sobre la muerte 
    La caída sin fin de muerte en muerte 
    Embruja el universo con tu voz 
    Aférrate a tu voz embrujador del mundo 
    Cantando como un ciego perdido en la eternidad 

    Anda en mi cerebro una gramática dolorosa y brutal 
    La matanza continua de conceptos internos 
    Y una última aventura de esperanzas celestes 
    Un desorden de estrellas imprudentes 
    Caídas de los sortilegios sin refugio 
    Todo lo que se esconde y nos incita con imanes fatales 
    Lo que se esconde en las frías regiones de lo invisible 
    O en la ardiente tempestad de nuestro cráneo 

    La eternidad se vuelve sendero de flor 
    Para el regreso de espectros y problemas 
    Para el mirage sediento de las nuevas hipótesis 
    Que rompen el espejo de la magia posible 

    Liberación ¡Oh! sí liberación de todo 
    De la propia memoria que nos posee 
    De las profundas vísceras que saben lo que saben 
    A causa de estas heridas que nos atan al fondo 
    Y nos quiebran los gritos de las alas 

    La magia y el ensueño liman los barrotes 
    La poesía llora en la punta del alma 
    Y acrece la inquietud mirando nuevos muros 
    Alzados de misterio en misterio 
    Entre minas de mixtificación que abren sus heridas 
    Con el ceremonial inagotable del alba conocida. 
    Todo en vano 
    Dadme la llave de los sueños cerrados 
    Dadme la llave del naufragio 
    Dadme una certeza de raíces en horizonte quieto 
    Un descubrimiento que no huya a cada paso 
    O dadme un bello naufragio verde 
    Un milagro que ilumine el fondo de nuestros mares íntimos 
    Como el barco que se hunde sin apagar sus luces. 
    Liberado de este trágico silencio entonces 
    En mi propia tempestad 
    Desafiaré al vacío 
    Sacudiré la nada con blasfemias y gritos 
    Hasta que caiga un rayo de castigo ansiado 
    Trayendo a mis tinieblas el clima del paraíso 

    ¿Por qué soy prisionero de esta trágica busca? 
    ¿Qué es lo que me llama y se esconde 
    Me sigue me grita por mi nombre 
    Y cuando vuelvo el rostro y alargo las manos de los ojos 
    Me echa encima una niebla tenaz como la noche de los astros ya muertos? 

    Sufro me revuelco en la angustia 
    Sufro desde que era nebulosa 
    Y traigo desde entonces este dolor primordial en las células 
    Este peso en las alas 
    Esta piedra en el canto 
    Dolor de ser isla 
    Angustia subterránea 
    Angustia cósmica 
    Poliforme angustia anterior a mi vida 
    Y que la sigue como una marcha militar 
    Y que irá más allá 
    Hasta el otro lado de la periferia universal 

    Consciente 
    Inconsciente 
    Deforme 
    Sonora 
    Sonora como el fuego 
    El fuego que me quema el carbón interno y el alcohol de los ojos 

    Soy una orquesta trágica 
    Un concepto trágico 
    Soy trágico como los versos que punzan en las sienes y no pueden salir 
    Arquitectura fúnebre 
    Matemática fatal y sin esperanza alguna 
    Capas superpuestas de dolor misterioso 
    Capas superpuestas de ansias mortales 
    Subsuelos de intuiciones fabulosas 

    Siglos siglos que vienen gimiendo en mis venas 
    Siglos que se balancean en mi canto 
    Que agonizan en mi voz 
    Porque mi voz es sólo canto y sólo puede salir en canto 
    La cuna de mi lengua se meció en el vacío 
    Anterior a los tiempos 
    Y guardará eternamente el ritmo primero 
    El ritmo que hace nacer los mundos 
    Soy la voz del hombre que resuena en los cielos 
    Que reniega y maldice 
    Y pide cuentas de por qué y para qué 

    Soy todo el hombre 
    El hombre herido por quién sabe quién 
    Por una flecha perdida del caos 
    Humano terreno desmesurado        
    Sí desmesurado y lo proclamo sin miedo 
    Desmesurado porque no soy burgués ni raza fatigada 
    Soy bárbaro tal vez 
    Desmesurado enfermo 
    Bárbaro limpio de rutinas y caminos marcados 
    No acepto vuestras sillas de seguridades cómodas 
    Soy el ángel salvaje que cayó una mañana 
    En vuestras plantaciones de preceptos. 
    Poeta 
    Anti poeta 
    Culto 
    Anti culto 
    Animal metafísico cargado de congojas 
    Animal expontáneo directo sangrando sus problemas 
    Solitario como una paradoja 
    Paradoja fatal 
    Flor de contradicciones bailando un fox—trot 
    Sobre el sepulcro de Dios 
    Sobre el bien y el mal 
    Soy un pecho que grita y un cerebro que sangra 
    Soy un temblor de tierra 
    Los sismógrafos señalan mi paso por el mundo 

    Crujen las ruedas de la tierra 
    Y voy andando a caballo en mi muerte 
    Voy pegado a mi muerte como un pájaro al cielo 
    Como una fecha en el árbol que crece 
    Como el nombre en la carta que envío 
    Voy pegado a mi muerte 
    Voy por la vida pegado a mi muerte 
    Apoyado en el bastón de mi esqueleto 

    El sol nace en mi ojo derecho y se pone en mi ojo izquierdo 
    En mi infancia una infancia ardiente como un alcohol 
    Me sentaba en los caminos de la noche 
    A escuchar la elocuencia de las estrellas 
    Y la oratoria del árbol 
    Ahora la indiferencia nieva en la tarde de mi alma 
    Rómpanse en espigas las estrellas 
    Pártase la luna en mil espejos 
    Vuelva el árbol al nido de su almendra 
    Sólo quiero saber por qué 
    Por qué 
    Por qué 
    Soy protesta y araño el infinito con mis garras 
    Y grito y gimo con miserables gritos oceánicos 
    El eco de mi voz hace tronar el caos 

    Soy desmesurado cósmico 
    Las piedras las plantas las montañas 
    Me saludan Las abejas las ratas 
    Los leones y las águilas 
    Los astros los crepúsculos las albas 
    Los ríos y las selvas me preguntan 
    ¿Qué tal cómo está Ud.? 
    Y mientras los astros y las olas tengan algo que decir 
    Será por mi boca que hablarán a los hombres 

    Que Dios sea Dios 
    O Satán sea Dios 
    O ambos sean miedo, nocturna ignorancia 
    Lo mismo da 
    Que sea la vía láctea 
    O una procesión que asciende en pos de la verdad 
    Hoy me es igual 
    Traedme una hora que vivir 
    Traedme un amor pescado por la oreja 
    Y echadlo aquí a morir ante mis ojos 
    Que yo caiga por el mundo a toda máquina 
    Que yo corra por el universo a toda estrella 
    Que me hunda o me eleve 
    Lanzado sin piedad entre planetas y catástrofes 
    Señor Dios si tú existes es a mí a quien lo debes 

    Matad la horrible duda 
    Y la espantosa lucidez 
    Hombre con los ojos abiertos en la noche 
    Hasta el fin de los siglos 
    Enigma asco de los instintos contagiosos 
    Como las campanas de la exaltación 
    Pajarero de luces muertas que andan con pies de espectro 
    Con los pies indulgentes del arroyo 
    Que se llevan las nubes y cambia de país 

    En el tapiz del cielo se juega nuestra suerte 
    Allí donde mueren las horas 
    El pesado cortejo de las horas que golpean el mundo 
    Se juega nuestra alma 
    Y la suerte que se vuela todas las mañanas 
    Sobre las nubes con los ojos llenos de lágrimas 
    Sangra la herida de las últimas creencias 
    Cuando el fusil desconsolado del humano refugio 
    Descuelga los pájaros del cielo. 
    Mírate allí animal fraterno desnudo de nombre 
    Junto al abrevadero de tus límites propios 
    Bajo el alba benigna 
    Que zurce el tejido de las mareas 
    Mira a lo lejos viene la cadena de hombres 
    Saliendo de la usina de ansias iguales 
    Mordidos por la misma eternidad 
    Por el mismo huracán de vagabundas fascinaciones 
    Cada uno trae su palabra informe 
    Y los pies atados a su estrella propia 
    Las máquinas avanzan en la noche del diamante fatal 
    Avanza el desierto con sus olas sin vida 
    Pasan las montañas pasan los camellos 
    Como la historia de las guerras antiguas 
    Allá va la cadena de hombres entre fuegos ilusos 
    Hacia el párpado tumbal 

    Después de mi muerte un día 
    El mundo será pequeño a las gentes 
    Plantarán continentes sobre los mares 
    Se harán islas en el cielo 
    Habrá un gran puente de metal en torno de la tierra 
    Como los anillos construidos en Saturno 
    Habrá ciudades grandes como un país 
    Gigantescas ciudades del porvenir 
    En donde el hombre—hormiga será una cifra 
    Un número que se mueve y sufre y baila 
    (Un poco de amor a veces como un arpa que hace olvidar la vida) 
    Jardines de tomates y repollos 
    Los parques públicos plantados de árboles frutales 
    No hay carne que comer el planeta es estrecho 
    Y las máquinas mataron el último animal 
    Árboles frutales en todos los caminos 
    Lo aprovechable sólo lo aprovechable 
    Ah la hermosa vida que preparan las fábricas 
    La horrible indiferencia de los astros sonrientes 
    Refugio de la música 
    Que huye de las manos de los últimos ciegos 

    Angustia angustia de lo absoluto y de la perfección 
    Angustia desolada que atraviesa las órbitas perdidas 
    Contradictorios ritmos quiebran el corazón 
    En mi cabeza cada cabello piensa otra cosa 

    Un hastío invade el hueco que va del alba al poniente 
    Un bostezo color mundo y carne 
    Color espíritu avergonzado de irrealizables cosas 
    Lucha entre la piel y el sentimiento de una dignidad bebida y no otorgada. 
    Nostalgia de ser barro y piedra o Dios 
    Vértigo de la nada cayendo de sombra en sombra 
    Inutilidad de los esfuerzos fragilidad del sueño 

    Ángel expatriado de la cordura 
    ¿Por qué hablas? ¿Quién te pide que hables? 
    Revienta pesimista mas revienta en silencio 
    Cómo se reirán los hombres de aquí a mil años 
    Hombre perro que aúllas a tu propia noche 
    Delincuente de tu alma 
    El hombre de mañana se burlará de ti 
    Y de tus gritos petrificados goteando estalactitas 
    ¿Quién eres tú habitante de este diminuto cadáver estelar? 
    ¿Qué son tus náuseas de infinito y tu ambición de eternidad? 
    Átomo desterrado de sí mismo con puertas y ventanas de luto 
    ¿De dónde vienes a dónde vas? 
    ¿Quién se preocupa de tu planeta? 
    Inquietud miserable 
    Despojo del desprecio que por ti sentiría 
    Un habitante de Betelgeuse 
    Veintinueve millones de veces más grande que tu sol 



    Hablo porque soy protesta insulto y mueca de dolor 
    Sólo creo en los climas de la pasión 
    Sólo deben hablar los que tienen el corazón clarividente 
    La lengua a alta frecuencia 
    Buzos de la verdad y la mentira 
    Cansados de pasear sus linternas en los laberintos de la nada 
    En la cueva de alternos sentimientos 
    El dolor es lo único eterno 

    Y nadie podrá reír ante el vacío 
    ¿Qué me importa la burla del hombre—hormiga 
    Ni la del habitante de otros astros más grandes? 
    Yo no sé de ellos ni ellos saben de mí 

    Yo sé de mi vergüenza de la vida de mi asco celular 
    De la mentira abyecta de todo cuanto edifican los hombres 
    Los pedestales de aire de sus leyes e ideales 

    Dadme dadme pronto un llano de silencio 
    Un llano despoblado como los ojos de los muertos 

    ¿Robinsón por qué volviste de tu isla? 
    De la isla de tus obras y de tus sueños privados 
    La isla de ti mismo rica de tus actos 
    Sin leyes ni abdicación ni compromisos 
    Sin control de ojo intruso 
    Ni mano extraña que rompa los encantos 
    ¿Robinsón cómo es posible que volvieras de tu isla? 

    Malhaya el que mire con ojos de muerte 
    Malhaya el que vea el resorte que todo lo mueve 

    Una borrasca dentro de la risa 
    Una agonía de sol adentro de la risa 
    Matad al pesimista de pupila enlutada 
    Al que lleva un féretro en el cerebro 
    Todo es nuevo cuando se mira con ojos nuevos 
    Oigo una voz idiota entre algas de ilusión 
    Boca parasitaria aún de la esperanza 

    Idos lejos de aquí restos de playas moribundas 
    Mas si buscáis descubrimientos 
    Tierras irrealizables más allá de los cielos 
    Vegetante obsesión de musical congoja 
    Volvamos al silencio 
    Restos de playas fúnebres 
    ¿A qué buscáis el faro poniente 
    Vestido de su propia cabellera 
    Como la reina de los circos? 
    Volvamos al silencio 
    Al silencio de las palabras que vienen del silencio 
    Al silencio de las hostias donde se mueren los profetas 
    Con la llaga del flanco 
    Cauterizada por algún relámpago 

    Las palabras con fiebre y vértigo interno 
    Las palabras del poeta dan un marco celeste 
    Dan una enfermedad de nubes 
    Contagioso infinito de planetas errantes 
    Epidemia de rosas en la eternidad 

    Abrid la boca para recibir la hostia de la palabra herida 
    La hostia angustiada y ardiente que me nace no se sabe dónde 
    Que viene de más lejos que mi pecho 
    La catarata delicada de oro en libertad 
    Correr de río sin destino como aerolitos al azar 
    Una columna se alza en la punta de la voz 
    Y la noche se sienta en la columna 

    Yo poblaré para mil años los sueños de los hombres 
    Y os daré un poema lleno de corazón 
    En el cual me despedazaré por todos lados 

    Una lágrima caerá de unos ojos 
    Como algo enviado sobre la tierra 
    Cuando veas como una herida profetiza 
    Y reconozcas la carne desgraciada 
    El pájaro cegado en la catástrofe celeste 

    Encontrado en mi pecho solitario y sediento 
    En tanto yo me alejo tras los barcos magnéticos 
    Vagabundo como ellos 
    Y más triste que un cortejo de caballos sonámbulos 

    Hay palabras que tienen sombra de árbol 
    Otras que tienen atmósfera de astros 
    Hay vocablos que tienen fuego de rayos 
    Y que incendian donde caen 
    Otros que se congelan en la lengua y se rompen al salir 
    Como esos cristales alados y fatídicos 
    Hay palabras con imanes que atraen los tesoros del abismo 
    Otras que se descargan como vagones sobre el alma 
    Altazor desconfía de las palabras 
    Desconfía del ardid ceremonioso 
    Y de la poesía 
    Trampas 
     Trampas de luz y cascadas lujosas 
    Trampas de perla y de lámpara acuática 
    Anda como los ciegos con sus ojos de piedra 
    Presintiendo el abismo a todo paso 

    Mas no temas de mí que mi lenguaje es otro 
    No trato de hacer feliz ni desgraciado a nadie 
    Ni descolgar banderas de los pechos 
    Ni dar anillos de planetas 
    Ni hacer satélites de mármol en torno a un talismán ajeno 
    Quiero darte una música de espíritu 
    Música mía de esta cítara plantada en mi cuerpo 
    Música que hace pensar en el crecimiento de los árboles 
    Y estalla en luminarias adentro del sueño 
    Yo hablo en nombre de un astro por nadie conocido 
    Hablo en una lengua mojada en mares no nacidos 
    Con una voz llena de eclipses y distancias 
    Solemne como un combate de estrellas o galeras lejanas 
    Una voz que se desfonda en la noche de las rocas 
    Una voz que da la vista a los ciegos atentos 
    Los ciegos escondidos al fondo de las casas 
    Como al fondo de sí mismos 

    Los veleros que parten a distribuir mi alma por el mundo 
    Volverán convertidos en pájaros 
    Una hermosa mañana alta de muchos metros 
    Alta como el árbol cuyo fruto es el sol 
    Una mañana frágil y rompible 
    A la hora en que las flores se lavan la cara 
    Y los últimos sueños huyen por las ventanas 
    Tanta exaltación para arrastrar los cielos a la lengua 

    El infinito se instala en el nido del pecho 
    Todo se vuelve presagio 
    ángel entonces 
    El cerebro se torna sistro revelador 
    Y la hora huye despavorida por los ojos 
    Los pájaros grabados en el zenit no cantan 
    El día se suicida arrojándose al mar 
    Un barco vestido de luces se aleja tristemente 
    Y al fondo de las olas un pez escucha el paso de los hombres 

    Silencio la tierra va a dar a luz un árbol 
    La muerte se ha dormido en el cuello de un cisne 
    Y cada pluma tiene un distinto temblor 
    Ahora que Dios se sienta sobre la tempestad 
    Que pedazos de cielo caen y se enredan en la selva 
    Y que el tifón despeina las barbas del pirata 
    Ahora sacad la muerta al viento 
    Para que el viento abra sus ojos 

    Silencio la tierra va a dar a luz un árbol 
    Tengo cartas secretas en la caja del cráneo 
    Tengo un carbón doliente en el fondo del pecho 
    Y conduzco mi pecho a la boca 
    Y la boca a la puerta del sueño 

    El mundo se me entra por los ojos 
    Se me entra por las manos se me entra por los pies 
    Me entra por la boca y se me sale 
    En insectos celestes o nubes de palabras por los poros 

    Silencio la tierra va a dar a luz un árbol 
    Mis ojos en la gruta de la hipnosis 
    Mastican el universo que me atraviesa como un túnel 
    Un escalofrío de pájaro me sacude los hombros 
    Escalofrío de alas y olas interiores 
    Escalas de olas y alas en la sangre 
    Se rompen las amarras de las venas 
    Y se salta afuera de la carne 
    Se sale de las puertas de la tierra 
    Entre palomas espantadas 

    Habitante de tu destino 
    ¿Por qué quieres salir de tu destino? 
    ¿Por qué quieres romper los lazos de tu estrella 
    Y viajar solitario en los espacios 
    Y caer a través de tu cuerpo de tu zenit a tu nadir? 

    No quiero ligaduras de astro ni de viento 
    Ligaduras de luna buenas son para el mar y las mujeres 
    Dadme mis violines de vértigo insumiso 
    Mi libertad de música escapada 
    No hay peligro en la noche pequeña encrucijada 
    Ni enigma sobre el alma 
    La palabra electrizada de sangre y corazón 
    Es el gran paracaídas y el pararrayos de Dios 

    Habitante de tu destino 
    Pegado a tu camino como roca 
    Viene la hora del sortilegio resignado 
    Abre la mano de tu espíritu 
    El magnético dedo 
    En donde el anillo de la serenidad adolescente 
    Se posará cantando como el canario pródigo 
    Largos años ausente 

    Silencio 
            Se oye el pulso del mundo como nunca pálido 
    La tierra acaba de alumbrar un árbol 

    Vicente Huidobro (Chile, 1893-1948), es considerado, junto a Neruda, de Rokha y Mistal, uno de los cuatro grandes de la poesía chilena. Inició el movimiento artístico llamado "Creacionismo", que pretendía hacer de la poesía un instrumento de creación absoluta donde el mundo de los objetos sería secundario, creando un mundo referencial de la propia poesía.