Éramos los elegidos del sol, de Vicente Huidobro | Poema

    Poema en español
    Éramos los elegidos del sol

    Éramos los elegidos del sol 
    Y no nos dimos cuenta 
    Fuimos los elegidos de la más alta estrella 
    Y no supimos responder a su regalo 
    Angustia de impotencia 
    El agua nos amaba 
    La tierra nos amaba 
    Las selvas eran nuestras 
    El éxtasis era nuestro espacio propio 
    Tu mirada era el universo frente a frente 
    Tu belleza era el sonido del amanecer 
    La primavera amada por los árboles 
    Ahora somos una tristeza contagiosa 
    Una muerte antes de tiempo 
    El alma que no sabe en qué sitio se encuentra 
    El invierno en los huesos sin un relámpago 
    Y todo esto porque tú no supiste lo que es la eternidad 
    Ni comprendiste el alma de mi alma en su barco de tinieblas 
    En su trono de águila herida de infinito 

    Vicente Huidobro (Chile, 1893-1948), es considerado, junto a Neruda, de Rokha y Mistal, uno de los cuatro grandes de la poesía chilena. Inició el movimiento artístico llamado "Creacionismo", que pretendía hacer de la poesía un instrumento de creación absoluta donde el mundo de los objetos sería secundario, creando un mundo referencial de la propia poesía.

    • El pájaro de lujo ha mudado de estrella 
      aparejad bajo la tempestad de las lágrimas 
      vuestro ataúd a vela 
      donde se aleja el instrumento del encanto 

      en las vegetaciones de los recuerdos 
      las horas en torno de nosotros hacen sus viajes 

    • Que el verso sea como una llave 
      que abra mil puertas. 
      Una hoja cae; algo pasa volando; 
      cuanto miren los ojos creado sea, 
      y el alma del oyente quede temblando. 

      Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; 
      el adjetivo, cuando no da vida, mata. 

    • Es inútil andar por el desprecio con el desprecio a cuestas 

      es inútil marchar por el cielo y con el cielo al hombro 
      es inútil ser mar con grandes alas como noches 
      nunca la verde pluma solitaria tan alta y musical 
      calmará sus anhelos ni las rocas violentas del planeta 

    • Marcho día y noche 
      como un parque desolado. 
      Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos; 
      miro el cielo y su hierba que aprende a cantar; 
      miro el campo herido a grandes gritos, 
      y el sol en medio del viento. 

    • Altazor ¿por qué perdiste tu primera serenidad? 
      ¿Qué ángel malo se paró en la puerta de tu sonrisa 
      Con la espada en la mano? 
      ¿Quién sembró la angustia en las llanuras de tus ojos como el adorno de un dios? 
      ¿Por qué un día de repente sentiste el terror de ser? 

    • Aquí comienza el campo inexplorado 
      Redondo a causa de los ojos que lo miran 
      Y profundo a causa de mi propio corazón 
      Lleno de zafiros probables 
      De manos de sonámbulos 
      De entierros aéreos 
      Conmovedores como el sueño de los enanos 

    • Ella daba dos pasos hacia adelante 
      daba dos pasos hacia atrás 
      el primer paso decía buenos días señor 
      el segundo paso decía buenos días señora 
      y los otros decían cómo está la familia 
      hoy es un día hermoso como una paloma en el cielo