Hubo un tiempo de amor contemplativo en que el saber, muy poco positivo, confundiendo la tierra con los cielos, ensalzaba las vírgenes modelos.
Y en que inspirándoles horror profundo la realidad prosaica de este mundo, las muchachas de quince primaveras se arrobaban en místicas quimeras.
Pero desde que el hombre sabio y fuerte, compadecido de su incierta suerte, discute con profundos pareceres la educación moral de las mujeres;
desde que ha definido su destino, no señalándole más que un camino, y ni virtud ni utilidad concilia sin la maternidad en la familia;
ya saben ellas desde muy temprano que amar un ideal es sueño vano, que su único negocio es buscar novio y quedar solterona el peor oprobio.
Ninguna ha de quedar chasqueada hoy día por elegir -- como antes sucedía -- que hoy ocupa el lugar de la inocencia la prematura luz de la experiencia.
Hoy del amor, preciso es no hacer caso, porque el amor es pobre y pide plazo, y por salir cuanto antes del apuro se acepta lo más próximo y seguro
de modo que todo hombre hoy al casarse podrá con la certeza consolarse de que -- a no serlo suya -- siempre fuera su adorada mitad de otro cualquiera.
Adela Zamudio Rivero, a sus 15 años, publicó su primer poema, Dos Rosas, firmado con el pseudónimo de “Soledad”, fue autora también de varias piezas de teatro, cuentista y poeta. Entre sus principales obras sobresalen Ensayos poéticos (1887), Íntimas, Peregrinando y Ráfagas (1914). En su ejercicio como docente y literata desarrolló una importante labor sociocultural en pro de la autonomía intelectual y social de la mujer, posibilitando mucho más la participación femenina en la vida pública. Participó en la construcción de la ley de divorcio, instrumento jurídico que le dio el reconocimiento de precursora del feminismo. Esta idea la llevó a escribir sobre la discriminación que sufrían las mujeres por el hecho de serlo en un poema llamado Nacer Hombre. Dirigió la primera escuela laica de Bolivia en La Paz, el 28 de mayo de 1926. Reconocida como la máxima exponente de la cultura boliviana, en homenaje a su nacimiento se instituyó la celebración el 11 de octubre como el Día de la Mujer Boliviana.
Cuánto trabajo ella pasa por corregir la torpeza de su esposo, y en la casa, (permitidme que me asombre). Tan inepto como fatuo, sigue él siendo la cabeza, porque es hombre!