La mañana está en calma, de Alfred Tennyson | Poema

    Poema en español
    La mañana está en calma

    La mañana está en calma, sin rumores; en calma, 
    como para ofrecerse a un dolor más tranquilo; 
    y tan sólo, chocando con las hojas marchitas, 
    el fruto del castaño se desliza hasta el suelo. 

    Calma y profunda paz en estas altas lomas 
    y en gotas de rocío que inundan las aliagas, 
    y en esas telarañas de plata, que entre el oro 
    y el verde centellean. 

    Calma y tranquila paz en la llanura vasta 
    que a lo lejos se tiende, con boscajes de otoño, 
    y en las granjas pobladas y en torres que se tornan 
    menudas y se mezclan con el mar murmurante. 

    Calma y profunda paz en el aire anchuroso, 
    en las hojas que torna rojizas la otoñada, 
    y si en mi corazón hubiere alguna calma, 
    será desesperanza tranquila, solamente. 

    Calma sobre los mares y plateado sueño 
    y correr de las ondas, que van a su reposo; 
    y calma de la muerte en aquel noble pecho, 
    que alienta, pero sólo con las aguas profundas.