Ángeles caídos, de Anne Sexton | Poema

    Poema en español
    Ángeles caídos

    “¿Quiénes son?” 
    “Ángeles caídos que no eran bastante 
    buenos para ser salvados, ni bastante malos 
    para ser perdidos”, dice la gente del pueblo. 

     
    Llegan a mi limpia hoja 
    de papel y dejan una mancha Rorschach. 
    No lo hacen por crueles, 
    lo hacen para darme un signo— 
    quieren forzarme, como dijo una vez Aubrey 
    Beardsley, 
    a moverlo hasta que algo salga. 
    Aunque soy torpe, 
    cumplo. 
    Pues soy como ellos— 
    salvada y perdida a la vez, 
    cayendo como Humpty Dumpty 
    abajo del alfabeto. 

    Cada mañana los corro de mi cama 
    y cuando se meten en la ensalada, 
    revolcándose en ella como un perro, 
    los entresaco uno por uno 
    así como mi hija 
    entresaca las anchoas. 
    En mayo bailan sobre los junquillos, 
    gastando los dedos de sus pies 
    riendo como peces. 
    En noviembre, 
    mes del pavor, 
    chupan su niñez de las moras 
    y las vuelven agrias e incomibles. 

    Sin embargo son compañeros. 
    Distribuyen su magia 
    de Salvavidas Surtidas 
    y hacen menearse la vida. 
    Me acompañan al dentista 
    y protegen del taladro. 
    Al mismo tiempo, 
    van conmigo a clases 
    y mienten a mis alumnos. 

    Oh ángel caído, compañero dentro de mí, 
    susurra algo sagrado 
    antes de que me pellizques 
    hasta el sepulcro.