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  • Calle de la Misericordia 45, de Anne Sexton | Poema

Calle de la Misericordia 45, de Anne Sexton | Poema

  • Poesía Recitada -Tomás Galindo-
  • Poema en español(solapa activa)
Poema en español
Calle de la Misericordia 45

En mi sueño, 
perforando en la médula 
de mi hueso intacto 
mi verdadero sueño, 
caminando arriba y abajo en Beacon Hill 
en busca del nombre de una calle- 
llamada Mercy Street. 
No está. 

Lo intento en el Back Bay. 
No está. 
No está. 
Y sin embargo, sé el número. 
El 45 de la calle Misericordia. 
Conozco la vidriera de la ventana 
del vestíbulo, 
los tres pisos de la casa 
con su suelo de parqué. 
Conozco los muebles y 
a la madre, a la abuela, a la bisabuela, 
a los criados. 
Conozco el armario de Spode, 
la barca de hielo, de plata maciza, 
donde la mantequilla se presenta en pulcros cuadrados 
como extraños dientes de gigante 
en la gran mesa de caoba. 
Lo conozco todo muy bien. 
No está. 

A dónde fuiste? 
calle de la Misericordia 45, 
con una bisabuela 
arrodillada con su corsé de ballenas 
y rezando con suavidad, pero con fiereza, 
al lavabo, 
a las 5 A.M. 
al mediodía 
dormitando en su pomposa mecedora, 
el abuelo durmiendo una siesta en la antecocina, 
la abuela tocando la campana para la criada de abajo, 
y Nana acunando a Madre con una flor enorme 
en su frente para cubrir el rizo 
de cuando era buena y cuando estaba... 
Y donde ella fue engendrada 
y en una generación, 
la tercera que engendrará, 
a mí, 
con la semilla del extraño floreciendo 
en la flor llamada Horrible. 

Camino con un vestido amarillo 
y con un bolsito blanco relleno de cigarrillos, 
las píldoras suficientes, mi cartera, mis llaves, 
y con veintiocho años, o son cuarenta y cinco? 
Camino. Camino. 
Sostengo cerillas en los nombres de las calles 
porque es tarde, 
está tan oscuro como la muerte curtida 
y he perdido mi Ford verde, 
mi casa en las afueras, 
dos niños pequeños 
succionados como el polen por la abeja que hay en mí 
y un marido 
que borró sus ojos 
para no acompañar a mi interior 
y estoy caminando y observando 
y esto no es un sueño 
sólo mi vida empalagosa 
donde los demás sin coartadas 
y la calle es imposible de encontrar durante 
una vida entera. 

Cierra las persianas- 
Ya no me importa! 
Echa el cerrojo, misericordia, 
borra el número, 
echa abajo el nombre de mi calle, 
que puede importar, 
qué puede importar a ese mezquino 
que quiere poseer el pasado 
que se fue en un barco de muertos 
y me dejó sólo con papel? 

No está. 

Abro mi bolso, 
como lo hacen las mujeres, 
y los peces nadan de aquí para allá 
entre los dolares y la barra de labios. 
Los saco, 
uno por uno 
y los lanzo contra los nombres de las calles, 
y lanzo mi bolso 
al río Charles. 
Después me deshago del sueño 
y me precipito contra la pared de cemento 
del tosco calendario 
en el que vivo, 
mi vida, 
y sus cuadernos 
rindiendo cuentas. 

Anne Sexton
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    Anne Sexton

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    y destellan sus dientes 
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    Anne Sexton

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    Anne Sexton

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  • Calle de la Misericordia 45, de Anne Sexton | Poema

    Anne Sexton

    En mi sueño, 
    perforando en la médula 
    de mi hueso intacto 
    mi verdadero sueño, 
    caminando arriba y abajo en Beacon Hill 
    en busca del nombre de una calle- 
    llamada Mercy Street. 
    No está. 

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    Anne Sexton

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    Anne Sexton

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    moldeada desde tus cien edades preferidas. 
    Ella siempre ha estado allí, cariño. 
    Ella es, de hecho, exquisita. 
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    Anne Sexton

    “¿Quiénes son?” 
    “Ángeles caídos que no eran bastante 
    buenos para ser salvados, ni bastante malos 
    para ser perdidos”, dice la gente del pueblo. 

     
    Llegan a mi limpia hoja 
    de papel y dejan una mancha Rorschach. 
    No lo hacen por crueles, 

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