(de una canción)
Tal vez nací de rodillas,
nací tosiendo en el largo invierno,
nací esperando el beso de la piedad,
nací con cierta pasión por la rapidez
y aún así, cuando las cosas progresaron,
aprendí pronto sobre la empalizada
y lo que se saca fuera, el gas del enema.
Por dos o tres aprendí a no arrodillarme,
a no esperar, a plantar mis fuegos bajo tierra
donde a nadie excepto a las muñecas, perfectas y terribles
excepto las muñecas, perfectas y terribles,
podía susurrar o dar reposo.
Ahora que escribí muchas palabras,
y revelé tantos amores, para tantos,
y he sido enteramente lo que siempre fui –
una mujer de exceso, de fervor y ambición,
encuentro el esfuerzo inútil.
¿Acaso en estos días
no miro al espejo y veo
a una rata ebria esquivando mis ojos?
¿No siento tan intenso el hambre
que moriría antes que mirarla a la cara?
Me arrodillo una vez más,
por si acaso la piedad llegase
justo a tiempo.
(from a song)
Perhaps I was born kneeling,
born coughing on the long winter,
born expecting the kiss of mercy,
born with a passion for quickness
and yet, as things progressed,
I learned early about the stockade
or taken out, the fume of the enema.
By two or three I learned not to kneel,
not to expect, to plant my fires underground
where none but the dolls, perfect and awful,
could be whispered to or laid down to die.
Now that I have written many words,
and let out so many loves, for so many,
and been altogether what I always was—
a woman of excess, of zeal and greed,
I find the effort useless.
Do I not look in the mirror,
these days,
and see a drunken rat avert her eyes?
Do I not feel the hunger so acutely
that I would rather die than look
into its face?
I kneel once more,
in case mercy should come
in the nick of time.