A mi amante, regresando junto a su esposa, de Anne Sexton | Poema

    Poema en español
    A mi amante, regresando junto a su esposa

    Ella está toda allí. 
    Fue derretida cuidadosamente para ti 
    y moldeada desde tu infancia, 
    moldeada desde tus cien edades preferidas. 
    Ella siempre ha estado allí, cariño. 
    Ella es, de hecho, exquisita. 
    Fuegos artificiales en el centro de un sombrío febrero 
    y tan real como una olla de hierro. 
    Afrontémoslo, yo he sido pasajera. 
    Un lujo. Un balandro rojo y brillante en el puerto. 
    Mi pelo flotando como humo por la ventanilla del coche. 
    Almejas fuera de temporada. 
    Ella es más que eso. Ella es tu tengo que tener, 
    ha potenciado tu crecimiento práctico y tropical. 
    Ella no es un experimento. Ella es toda armonía. 
    Ella cuida de que la barca tenga remos y toletes, 
    ha puesto flores silvestres en la ventana para el desayuno, 
    sentada junto al torno a mediodía, 
    parió tres hijos bajo la luna, 
    tres querubines dibujados por Miguel Ángel, 
    y lo hizo con las piernas abiertas 
    en los meses terribles en la capilla. 
    Si miras hacia arriba, los niños están allí 
    como delicados globos apoyados en la pared. 
    También ha llevado a cada uno pasillo abajo 
    después de la cena, sus cabezas discretamente torcidas, 
    dos piernas protestando, cara a cara, 
    ella tiene el rostro encendido con una canción y su pequeño sopor. 
    Te devuelvo el corazón. 
    Te doy permiso− 
    para la fusión en ella, vibrando 
    iracundo en el barro, para la perra que hay en ella 
    y el enterramiento de su herida− 
    para enterrar viva su pequeña herida roja− 
    para la pálida bengala titubeante bajo sus costillas, 
    para el marinero borracho que aguarda en su pulso izquierdo, 
    para su rodilla de madre, para las medias, 
    para el liguero, para la llamada. 

    La extraña llamada 
    cuando te cobijes entre sus brazos y pechos 
    y tires de la cinta naranja en su pelo 
    y contestes a la llamada, la inquisitiva llamada. 
    Ella es tan desnuda y singular. 
    Ella es la suma de ti mismo y de tu sueño. 
    Escálala como un monumento, paso a paso. 
    Ella es sólida. 
    En cuanto a mí, yo soy una acuarela. 
    Yo soy lavable. 

    For my lover, returning to his wife

    She is all there. 
    She was melted carefully down for you 
    and cast up from your childhood, 
    cast up from your one hundred favorite aggies. 
    She has always been there, my darling. 
    She is, in fact, exquisite. 
    Fireworks in the dull middle of February 
    and as real as a cast-iron pot. 
    Let's face it, I have been momentary. 
    vA luxury. A bright red sloop in the harbor. 
    My hair rising like smoke from the car window. 
    Littleneck clams out of season. 
    She is more than that. She is your have to have, 
    has grown you your practical your tropical growth. 
    This is not an experiment. She is all harmony. 
    She sees to oars and oarlocks for the dinghy, 
    has placed wild flowers at the window at breakfast, 
    sat by the potter's wheel at midday, 
    set forth three children under the moon, 
    three cherubs drawn by Michelangelo, 
    done this with her legs spread out 
    in the terrible months in the chapel. 
    If you glance up, the children are there 
    like delicate balloons resting on the ceiling. 
    She has also carried each one down the hall 
    after supper, their heads privately bent, 
    two legs protesting, person to person, 
    her face flushed with a song and their little sleep. 
    I give you back your heart. 
    I give you permission -- 
    for the fuse inside her, throbbing 
    angrily in the dirt, for the bitch in her 
    and the burying of her wound -- 
    for the burying of her small red wound alive -- 
    for the pale flickering flare under her ribs, 
    for the drunken sailor who waits in her left pulse, 
    for the mother's knee, for the stocking, 
    for the garter belt, for the call -- 
    the curious call 
    when you will burrow in arms and breasts 
    and tug at the orange ribbon in her hair 
    and answer the call, the curious call. 
    She is so naked and singular 
    She is the sum of yourself and your dream. 
    Climb her like a monument, step after step. 
    She is solid. 
    As for me, I am a watercolor. 
    I wash off.

    • “¿Quiénes son?” 
      “Ángeles caídos que no eran bastante 
      buenos para ser salvados, ni bastante malos 
      para ser perdidos”, dice la gente del pueblo. 

       
      Llegan a mi limpia hoja 
      de papel y dejan una mancha Rorschach. 
      No lo hacen por crueles, 

    • Con todas mis preguntas, 
      todas las palabras nihilistas en mi cabeza, 
      fui en busca de una respuesta, 
      en busca del otro mundo 
      que alcancé al cavar bajo tierra. 
      Crucé piedras más solemnes que predicadores, 
      traspasé raíces que pulsaban como venas 

    • Sólo una vez supe para qué servía la vida. 
      En Boston, de repente, lo entendí; 
      caminé junto al río Charles, 
      observé las luces mimetizándose, 
      todas de neón, luces estroboscópicas, abriendo 
      sus bocas como cantantes de ópera; 

    • Ira, 
      tan negra como un gancho, 
      me sobrepasa. 
      Cada día, 
      cada nazi 
      a las ocho de la mañana tomaba un niño 
      y se lo salteaba para el desayuno 
      en su sartén. 

      Y la muerte mira como al azar 
      y se saca la mugre bajo las uñas de los dedos. 

    • Estaba cansada de ser mujer 
      cansada de ollas y cucharas, 
      cansada de mi boca y de mis senos, 
      cansada de afeites y cansada de sedas. 
      Aún había hombres sentados a mi mesa, 
      en círculo ante el cáliz que yo les ofrecía. 
      El cáliz rebosante de uvas moradas