Es el pagaros gloria tan subida que cuanto más os pago, más os debo.
A ti, siempre alegría si jazmín amanezcas o canario en la jaula de mi ventana seas. Pero más si tu cuerpo en mi amor se concreta, de una herencia celeste suavísimo albacea.
Mucho más cuando carne de mi carne te entregas y ante tus labios pálidas son todas las anémonas, si luna, porque clara; si mar, porque serena; si vegetal, por ser prisión para la estrella.
Pues te debo alegría y esperanza y certeza y ser quien soy sin ti no puede ser sin mengua, tómame por rehenes de mi amorosa deuda y canario en la jaula de tu ventana sea.
Y todavía, entonces, ¿cómo no te debiera el alpiste y el agua y la lechuga tierna? Tenme como un jazmín silvestre que, a tu vera, se nutra de suspiros, mi amor, mientras sesteas.
Es el pagaros gloria tan subida que cuanto más os pago, más os debo.
A ti, siempre alegría si jazmín amanezcas o canario en la jaula de mi ventana seas. Pero más si tu cuerpo en mi amor se concreta, de una herencia celeste suavísimo albacea.
Siempre vive, pervive, sobrevive y asciende, como un astro y sus luces, el deseo a los cielos, sin confundirse nunca con el cuerpo logrado, sin renunciar jamás al clamor de la sangre,
Amor mío te ofrezco mi cabeza en un plato: desayuna. Te ofrezco mi corazón pequeño, y una vena fecunda que tu lengua de gato ha de lamer, ya claras las arrugas del ceño.