Igual que ayer, hoy busco -lo dijo Juan Ramón- una verdad aún sin realidad; busco en la tinta verde de todo lo que escribo un planeta sin nombre o una jungla perdida.
Y hace falta la noche.
Yo me siento en las sombras, prendo un fósforo, tallo mis esmeraldas, construyo mis panales. Todo es igual y todo es diferente.
La vida, que fue un río, es ahora un océano, el pasado es la arena y el agua es el futuro.
Hace falta la noche.
Todo está en mí lo mismo que un clavo en la madera: cada paso en la nieve, cada luz apagada, cada piel encendida.
Igual que ayer, hoy busco -lo dijo Juan Ramón- una verdad aún sin realidad; busco en la tinta verde de todo lo que escribo un planeta sin nombre o una jungla perdida.
La dulce vida entre la hierba verde Garcilaso de la Vega)
Hay un silencio, abajo, de estatuas destruidas. Amanece. Recuerdas el amor con su ambiente de barco amotinado, la vida como un sueño con tesoros y mapas,
Este mundo con trenes que, al alejarse, dejan como un escalofrío recorriendo el paisaje. Este mundo con hadas y unicornios que gobiernan mi piel y viven en tus manos.
Solo, en medio de todo; estar tan solo como es posible, mientras ellos vienen muy despacio, se agrupan, ponen su campamento, invaden, talan, hunden, derriban las palabras una a una, se reparten mi vida,