No más patrias, por favor,
no más banderas.
No más sangre alimentando
mercaderes.
No más historias falseadas
por el rencor de los mediocres.
No más futuros inventados
por los fabricantes de Caínes.
No más batallas asesinas
para engordar a los traficantes
del estúpido odio entre los pueblos…
A partir de lo que hay,
un mundo abierto, sin fronteras,
un solo territorio, nuestra tierra,
un hogar para todos los humanos
(un hogar sin iconos mentirosos,
sin altares a los dioses de la guerra).
No más muerte abortando nueva vida,
no más armas, no más frentes, no más fosos:
sólo puentes entre todas las orillas.
Blas de Otero (1916-1979) nació en Bilbao y se educó en Valladolid y en Madrid, donde estudió Filosofía y Letras. Su poesía evolucionó desde una honda espiritualidad atormentada, como se refleja en Cántico espiritual (1942), hacia una creciente preocupación existencial y política, patente en libros como Ángel fieramente humano (1950) o Redoble de conciencia (1951), dos obras que se fundieron luego, con otros poemas, en Ancia (1958). En 1951 ingresó en el Partido Comunista. Pido la paz y la palabra (1975) es el libro más emblemático de su última etapa, caracterizada por la poesía social y de denuncia.