Grupos de palomas, de Carlos Pellicer | Poema

    Poema en español
    Grupos de palomas

    A la Sra. Lupe Medina de Ortega 
     



    Los grupos de palomas, 
    notas, claves, silencios, alteraciones, 
    modifican el ritmo de la loma. 
    La que se sabe tornasol afina 
    las ruedas luminosas de su cuello 
    con mirar hacia atrás a su vecina. 
    Le da al sol la mirada 
    y escurre en una sola pincelada 
    plan de vuelos a nubes campesinas. 





    La gris es una joven extranjera 
    cuyas ropas de viaje 
    dan aire de sorpresas al paisaje 
    sin compradoras y sin primaveras. 





    Hay una casi negra 
    que bebe astillas de agua en una piedra. 
    Después se pule el pico, 
    mira sus uñas, ve las de las otras, 
    abre un ala y la cierra, tira un brinco 
    y se para debajo de las rosas. 
    El fotógrafo dice: 
    para el jueves, señora. 
    Un palomo amontona sus erres cabeceadas, 
    y ella busca alfileres 
    en el suelo que brilla por nada. 
    Los grupos de palomas 
    -notas, claves, silencios, alteraciones- 
    modifican lugares de la loma. 





    La inevitablemente blanca 
    sabe su perfección. Bebe en la fuente 
    y se bebe a sí misma y se adelgaza 
    cual un poco de brisa en una lente 
    que recoge el paisaje. 
    Es una simpleza 
    cerca del agua. Inclina la cabeza 
    con tal dulzura, 
    que la escritura desfallece 
    en una serie de sílabas maduras. 





    Corre un automóvil y las palomas vuelan. 
    En la aritmética del vuelo, 
    los «ochos» árabes desdóblanse 
    y la suma es impar. Se mueve el cielo 
    y la casa se vuelve redonda. 
    Un viraje profundo. 
    Regresan las palomas. 
    notas. claves. Silencios. Alteraciones. 
    El lápiz se descubre; se inclinan las lomas 
    y por 20 centavos se cantan las canciones.