Los faros, de Charles Baudelaire | Poema

    Poema en español
    Los faros

    Rubens, río de olvido, jardín de la pereza, 
    almohada de carne fresca donde no se puede amar, 
    pero donde la vida afluye y se agita sin cesar, 
    como el aire en el cielo y la mar en el mar; 

    Leonardo da Vinci, espejo profundo y sombrío, 
    donde los ángeles encantadores, con dulce sonrisa 
    toda llena de misterio, aparecen en la sombra 
    de los ventisqueros y los pinos que cierran su paisaje; 

    Rembrandt, triste hospital lleno de murmullos, 
    y por un gran crucifijo decorado solamente, 
    donde la plegaria llorosa se exhala de las inmundicias, 
    y de un rayo invernal atravesado bruscamente; 

    Miguel Ángel, lugar impreciso do vénse los Hércules 
    mezclarse a los Cristos, y elevarse muy erguidos 
    fantasmas pujantes que en los crepúsculos 
    desgarran su sudario estirando sus dedos; 

    Cóleras de boxeador, impudicias de fauno, 
    tú que supiste recoger la belleza de los granujas, 
    gran corazón henchido de orgullo, hombre débil y amarillo, 
    Puget, melancólico emperador de los forzados; 

    Watteau, este carnaval en el que no pocos corazones ilustres, 
    como mariposas, flotan relucientes, 
    decoraciones frescas y leves iluminadas por lámparas 
    que vierten la locura en este baile vertiginoso; 

    Goya, pesadilla llena de cosas desconocidas, 
    fetos que se hacen cocer en medio de los sabats
    viejas ante el espejo y niñas todas desnudas, 
    para tentar los demonios ajustando bien sus medias; 

    Delacroix, lago de sangre obsedido por malvados ángeles, 
    sombreado por un bosque de pinos siempre verde, 
    donde, bajo un cielo triste, fanfarrias extrañas 
    pasan, cual un suspiro ahogado de Weber; 

    ¡Estas maldiciones, estas blasfemias, estos lamentos, 
    estos éxtasis, estos gritos, estos llantos, estos Te Deum
    son un eco repetido por mil laberintos; 
    es para los corazones mortales un divino opio! 

    Es un grito repetido por mil centinelas, 
    ¡una orden transmitida por mil portavoces. 
    es un faro encendido sobre mil ciudadelas, 
    un clamor de cazadores perdidos en los inmensos bosques! 

    ¡Porque verdaderamente, Señor, el mejor testimonio 
    que podencos dar de nuestra dignidad 
    es este ardiente sollozo que rueda de edad en edad 
    y viene a morir al borde de vuestra eternidad!

    Charles Baudelaire (París, 9 de abril de 1821 - 31 de agosto de 1867) fue poeta, traductor y crítico. Considerado el precursor del movimiento simbolista y de la poesía moderna, su vida estuvo marcada por una infancia difícil y por los excesos, lo que lo convirtió en un "poeta maldito". En 1857, tras la publicación de Las flores del mal, fue acusado por atentar contra la moral pública, por lo que seis de sus poemas no vieron la luz hasta 1949. Baudelaire es un genio de la literatura francesa, único en el dominio del ritmo y la forma, enfrentado y atraído durante toda su vida por lo divino y lo diabólico, por lo que sus poemas describen al ser humano más glorioso y más mísero a la vez. Algunas de sus obras son: Los salones (1845-1846), Los paraísos artificiales (1860), su única novela, La Fanfarlo (1847), sus diarios íntimos, Cohetes, y sus numerosas traducciones de la obra de Edgar Allan Poe.