El vino del asesino, de Charles Baudelaire | Poema

    Poema en español
    El vino del asesino

    Mi mujer está muerta, ¡soy libre! 
    Puedo, pues, beber hasta el hartazgo. 
    Cuando regresaba sin un sueldo, 
    sus gritos me desgarraban los nervios. 

    Tanto como un rey soy dichoso; 
    el aire es puro, el cielo admirable... 
    ¡teníamos un verano semejante 
    cuando me enamoré! 

    La horrible sed que me desgarra 
    tendría necesidad para saciarse 
    de tanto vino como puede contener 
    su tumba; — lo que no es poco decir: 

    la he echado al fondo de un pozo, 
    y hasta he arrojado sobre ella 
    todas las piedras del brocal. 
    —¡La olvidaré si puedo! 

    En nombre de los juramentos de ternura, 
    de los que nadie nos puede desligar, 
    y para reconciliarnos 
    como en los buenos tiempos de nuestra embriaguez, 

    le imploré una cita, 
    por la noche, en un camino oscuro. 
    ¡Ella acudió! —¡Loca criatura! 
    ¡Somos todos más o menos locos! 

    Estaba todavía bonita, 
    ¡si bien muy cansada! Y yo, 
    ¡yo la quería mucho! He aquí porque 
    le dije: ¡deja esta existencia! 

    Nadie puede comprenderme. Uno solo 
    entre estos borrachos estúpidos 
    ¿pensó en sus noches morbosas 
    hacer del vino una mortaja? 

    Esta crápula invulnerable 
    como las máquinas de hierro 
    jamás, ni en verano ni en invierno, 
    ha conocido el amor verdadero, 

    ¡con sus negros encantos, 
    su cortejo infernal de clamores, 
    sus frascos de veneno, sus lágrimas, 
    su estrépito de cadena y de osamentas! 

    —¡Heme aquí, libre y solitario! 
    Estaré esta noche borracho perdido; 
    entonces, sin miedo y sin remordimiento, 
    me echaré en el suelo, 

    ¡y dormiré como un perro! 
    El carretón de pesadas ruedas 
    cargado de piedras y de barro, 
    el vagón desenfrenado puede quizá 

    aplastar mi cabeza culpable 
    o cortarme por la mitad, 
    ¡yo me río, tanto como de Dios, 
    del Diablo o de la Santa Mesa!

    Charles Baudelaire (París, 9 de abril de 1821 - 31 de agosto de 1867) fue poeta, traductor y crítico. Considerado el precursor del movimiento simbolista y de la poesía moderna, su vida estuvo marcada por una infancia difícil y por los excesos, lo que lo convirtió en un "poeta maldito". En 1857, tras la publicación de Las flores del mal, fue acusado por atentar contra la moral pública, por lo que seis de sus poemas no vieron la luz hasta 1949. Baudelaire es un genio de la literatura francesa, único en el dominio del ritmo y la forma, enfrentado y atraído durante toda su vida por lo divino y lo diabólico, por lo que sus poemas describen al ser humano más glorioso y más mísero a la vez. Algunas de sus obras son: Los salones (1845-1846), Los paraísos artificiales (1860), su única novela, La Fanfarlo (1847), sus diarios íntimos, Cohetes, y sus numerosas traducciones de la obra de Edgar Allan Poe.