Lo irremediable
I
Una Idea, una Forma, un Ser
surgido del azur y caído
en una Estigia cenagosa y plomiza
donde ninguna mirada del Cielo penetra;
un Ángel, imprudente viajero
que ha tentado el amor de lo informe,
en el fondo de una pesadilla enorme
debatiéndose como un nadador,
y luchando, ¡angustias fúnebres!
Contra un gigantesco remolino
que va cantando como los locos
y pirueteando en las tinieblas;
un desdichado hechizado
en sus tanteos fútiles,
para huir de un lugar lleno de reptiles,
buscando la luz y la clave;
un condenado descendiendo sin lámpara
al borde de un abismo cuyo olor
traiciona la húmeda profundidad,
de eternas escaleras sin peldaños,
donde velan monstruos viscosos
cuyos enormes ojos fosforescentes
hacen una noche más negra todavía
dejándoles visibles sólo a ellos;
un navío apresado en el polo,
como en una trampa de cristal,
buscando por qué estrecho fatal
ha caído en aquel calabozo;
—emblemas nítidos, cuadro perfecto
de una fortuna irremediable,
¡qué hace pensar que el Diablo
realiza siempre bien cuanto él hace!
II
¡Coloquio sombrío y límpido
de un corazón convertido en su espejo!
Pozo de la Verdad, claro y negro,
donde tiembla una estrella lívida,
un faro irónico, infernal,
antorcha de gracias satánicas,
consuelo y gloria únicos,
—¡la conciencia en el Mal!
Charles Baudelaire (París, 9 de abril de 1821 - 31 de agosto de 1867) fue poeta, traductor y crítico. Considerado el precursor del movimiento simbolista y de la poesía moderna, su vida estuvo marcada por una infancia difícil y por los excesos, lo que lo convirtió en un "poeta maldito". En 1857, tras la publicación de Las flores del mal, fue acusado por atentar contra la moral pública, por lo que seis de sus poemas no vieron la luz hasta 1949. Baudelaire es un genio de la literatura francesa, único en el dominio del ritmo y la forma, enfrentado y atraído durante toda su vida por lo divino y lo diabólico, por lo que sus poemas describen al ser humano más glorioso y más mísero a la vez. Algunas de sus obras son: Los salones (1845-1846), Los paraísos artificiales (1860), su única novela, La Fanfarlo (1847), sus diarios íntimos, Cohetes, y sus numerosas traducciones de la obra de Edgar Allan Poe.