Sobre la censura, de Charles Bukowski | Poema

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    Sobre la censura

    En 1985 una biblioteca pública de Alemania eliminó los ejemplares de “Tales of Ordinary Madness” un sofrito de sus relatos. Alguien envió a Bukowski una carta para explicarle lo sucedido. Él contestó de esta manera. 
     
    Estimado Hans van den Broek: 

    Gracias por la carta donde me informa de la retirada de uno de mis libros de la biblioteca de Nijmegen. Y de que lo acusan de discriminación contra la gente negra, homosexuales y mujeres. Y de que es sádico a causa del sadismo. 

    Temo no saber discernir si es broma o es en serio 

    Si escribo mal sobre negros, homosexuales y mujeres es porque así eran aquellos a los que me refiero. Hay muchos “malos”: perros malos, mala censura; incluso existen “malos” hombres blancos. Sólo que cuando uno escribe sobre hombres blancos “malos”, no se quejan. ¿Le parece necesario decir que existen “buenos” negros, “buenos” homosexuales y “buenas” mujeres? 

    En mi trabajo como escritor, sólo fotografío en palabras lo que veo. Si escribo sobre “sadismo” es porque existe, yo no lo inventé, y si algo terrible ocurre en mis obras, es porque esas cosas pasan en nuestras vidas. No estoy del lado de la maldad. En mi escritura no siempre estoy de acuerdo con lo que ocurre, ni me regodeo en el lodo por puro gusto. También es curioso que la gente que despotrica contra mi trabajo parece no ver las secciones donde trato de la alegría y el amor y la esperanza, y existen tales secciones. Mis días, mis años, mi vida han conocido altas y bajas, luces y sombras. Si escribiera sola y continuamente de la “luz” y nunca mencionara lo otro, entonces, como artista, sería un mentiroso. 



    La censura es la herramienta de aquellos que tienen la necesidad de esconder realidades de sí mismos frente a los demás. Su miedo no es más que su incapacidad para hacer frente a lo que es real, y yo no puedo ventilar ninguna rabia contra ellos. Sólo me dan esta consternada tristeza. En alguna parte, mientras crecían, les pusieron un escudo contra los hechos totales de nuestra existencia. Les fue enseñado mirar de una sola forma aunque existieran muchas. 
    No me alarmo de que uno de mis libros haya sido cazado y expulsado de los estantes de una biblioteca local. En cierto sentido, me honra haber escrito algo que despertara algo en sus imponderables profundidades. Pero me hiere, es cierto, cuando el libro de alguien más es censurado, pues dicho libro, usualmente es un gran libro y hay muy pocos de esos, y a través de los tiempos ese tipo de libros a menudo se convirtieron en un clásico, y lo que alguna vez se pensó escandaloso e inmoral ahora son lecturas requeridas en muchas de nuestras universidades. 

    No digo que mi libro sea uno de ellos, pero digo que en nuestros días, en este momento donde cualquier momento podría ser el último para muchos de nosotros, jode sobremanera y es imposiblemente triste que aún tengamos entre nosotros a los pequeños amargados, a los cazadores de brujas y los voceros contra la realidad. Aún y todo, ellos también van aquí con nosotros, son parte del todo, y si no he escrito sobre ellos, debería, tal vez lo haya hecho aquí, y es suficiente. 

    Que seamos mejores juntos, suyo, 

    Charles Bukowski.  

    Charles Bukowski nació en Adernach, (1920-1994). Vivió en su infancia y adolescencia en un entorno familiar y social violento, hecho que marcaría el devenir de su posterior producción literaria. Pieza capital de la que se vino en llamar generación beat, su vida fue tan radical como las historias narradas en sus propias obras. Adicto al sexo, las drogas y el alcohol, su literatura, casi autobiográfica, es fiel reflejo de su lucha contra el aburguesamiento y la comodidad. Su realismo descarnado y lírico y su humor ácido y desencantado han influido en multitud de escritores de generaciones posteriores.