Una extraña mañana, de Charles Bukowski | Poema

    Poema en español
    Una extraña mañana

    nunca antes había ocurrido y uno 
    no sabe por qué ocurren 
    tales cosas. 

    eran más o menos las 11 de la mañana y había 
    salido del bar para tomar el aire. 
    Danny salió y me puse a charlar 
    con Danny. 
    después salió Harry y se nos unió. 

    después otros dos hombres se pusieron a charlar 
    entre ellos a cierta distancia. 

    «vamos dentro a tomar una copa», les dije a 
    Danny y a Harry. 

    «no, aquí se está muy bien», dijo Danny, 
    «vamos a charlar un ratito». 

    y así lo hicimos. 

    después me di cuenta de que había otros hombres 
    por allí. 

    algunos charlaban, otros se limitaban a 
    estar allí. 
    todo sucedió muy despacio. 

    llegaron más y más hombres 
    y se quedaron 
    en la esquina. 

    estaba abarrotándose de gente. 
    y estaba creándose una situación 
    graciosa. 

    había algo 
    extraño en el aire, 
    se percibía. 

    había muchas voces 
    ya. 
    y llegaron más hombres. 
    no sé de dónde 
    salieron. 

    estaban por allí 
    charlando, 
    riéndose, 
    y fumando 
    cigarrillos. 

    Jim, el camarero, asomó 
    la cabeza por la puerta 
    y preguntó: 
    «¿pero qué demonios 
    está pasando aquí?». 

    alguien se rió. 

    Jim regresó 
    al bar vacío. 

    aquello empezó a ser muy 
    extraño 
    como si el mundo hubiese 
    decidido ser transformado, 
    todo de una vez. 

    había una sensación de 
    alegría y de juego en 
    el aire. 

    creo que todo el mundo 
    la percibía. 

    una gran energía se 
    desató e hizo efecto 
    en todo. 

    después Jack el poli 
    se acercó. 
    «¡eh, tíos, circulad, 
    ya está bien! 
    ¿qué coño pasa 
    aquí?» 

    todos conocíamos a Jack, 
    bebíamos con él 
    por las noches. 

    Jack se quedó allí, 
    charlando y escuchando 
    a los demás. 

    Danny sonrió: «Dios mío, 
    esto es extrañísimo». 

    «me gusta», le dije. 

    toda la esquina estaba 
    atestada de 
    humanidad 
    por fin descontrolada y 
    libre, 
    riéndose. 

    los coches se paraban y los 
    conductores miraban 
    preguntándose qué 
    sucedía. 
    no lo 
    sabíamos. 

    al final dije: 
    «Ya no aguanto 
    más, me voy dentro 
    a tomarme una copa». 

    Danny y Harry 
    me siguieron 
    y entraron. 

    después nos 
    siguieron otros. 

    «sí que hay tipos ahí fuera», 
    comentó el camarero. 

    «sí», confirmó Harry, 
    «¿dónde están las mujeres?». 

    «las mujeres no 
    quieren tener nada que ver 
    con unos holgazanes 
    como nosotros», 
    señaló Danny. 

    cada uno tenía delante un par 
    de bebidas. 
    empleamos en aquello unos 15 o 
    20 minutos. 

    luego me acerqué a la 
    puerta y miré 
    hacia el exterior. 
    todo el mundo se había 
    largado. 

    regresé y me 
    senté. 

    «¿adónde se habrán 
    ido?» 

    «es la mañana más extraña de 
    mi vida», comentó 
    Danny. 

    «sí», dijo 
    Harry. 

    nos quedamos allí pensando 
    en lo sucedido. 
    después Danny se puso a 
    contar que su 
    familia iba a ponerlo 
    de patitas en la calle por 
    no encontrar 
    trabajo y demás. 

    Jim el camarero 
    seguía sacando brillo 
    a los vasos 
    y las cosas volvieron a 
    normalizarse, 
    hasta el punto de preguntarnos 
    quién iba a pagar la siguiente 
    ronda.

    Charles Bukowski nació en Adernach, (1920-1994). Vivió en su infancia y adolescencia en un entorno familiar y social violento, hecho que marcaría el devenir de su posterior producción literaria. Pieza capital de la que se vino en llamar generación beat, su vida fue tan radical como las historias narradas en sus propias obras. Adicto al sexo, las drogas y el alcohol, su literatura, casi autobiográfica, es fiel reflejo de su lucha contra el aburguesamiento y la comodidad. Su realismo descarnado y lírico y su humor ácido y desencantado han influido en multitud de escritores de generaciones posteriores.