Haz lo que tengas gana,
Cristobalillo,
lo que te dé la gana,
que es lo sencillo.
Llegaste a un mundo donde
manda la chacha,
mandan los mandamases
y hay poca lacha.
Caso nunca les hagas
a los mayores.
Los consejos de Dámaso
son los mejores.
Tira, mi niño, tira,
si te da gana,
los libros de papito
por la ventana.
Cuélgate de las lámparas y los manteles,
rompe a mamita el vaso
de los claveles.
¿Que hay pelotón de goma?
Chuta e impacta.
¡Duro con la pintura
llamada abstracta!
Rompe tazas y platos.
¡Viva el jolgorio
y las almas benditas
del purgatorio!
La mejor puntería
te la aconsejo
si es que se pone a tiro
cualquier espejo.
Aún hay más divertido:
coge chinillas,
y con un tiragomas,
¡a las bombillas!
Pero ahora se me ocurre
algo estupendo,
donde papá se encierra
vete corriendo.
¡Macho, cuántos papeles!
Tú, con cerillas,
vas y a papá le quemas
esas cosillas...
¡Verás qué cara pone!
¡Qué gracia tiene!
Anda, sin que te vea,
mira que viene.
Vamos a divertirnos
tú y yo, mi cielo.
Es un asco este mundo:
conviene que lo
pongamos boca abajo.
¡Es tan sencillo!
Vamos a hacer un mundo
nuevo, chiquillo!
Dámaso Alonso nació en Madrid en 1898. Catedrático, acádemico y poeta, impartió cursos de Literatura española en prestigiosas universidades de Europa y América. Colaborador asíduo de la Revista Española de Filología, dirigió la Biblioteca Románica Hispánica, en la que aparecieron los textos de mayor importancia en el campo de la crítica literaria y de investigación filológica española. Su obra se proyecta en una triple dimensión: la investigación literaria, la prosa y la creación poética. En el primer campo, centra su interés en los autores del siglo de Oro. Destaca la edición de Soledades de Góngora. Un extraordinario trabajo de investigación e interpretación que analiza con fino espíritu de poeta el mundo metafórico del autor barroco. Como poeta, desde sus poemas iniciales hasta su consagración con Hijos de la ira, su estilo evoluciona ágilmente hacia la liberación de los vínculos clásicos de la rima y la forma, en un claro proceso de perfeccionamiento poético. Hijos de la ira (1944) constituye una de las obras más bellas y representativas de la poesía moderna española. En 1978 le fue concedido el Premio Cervantes. Falleció en Madrid en 1990.