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Mañana, de Federico García Lorca | Poema

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Poema en español
Mañana

A Fernando Marchesi 
 
Y la canción del agua 
es una cosa eterna. 

Es la savia entrañable 
que madura los campos. 
Es sangre de poetas 
que dejaron sus almas 
perderse en los senderos 
de la Naturaleza. 

¡Qué armonías derrama 
al brotar de la peña! 
Se abandona a los hombres 
con sus dulces cadencias. 

La mañana está clara. 
Los hogares humean, 
y son los humos brazos 
que levantan la niebla. 

Escuchad los romances 
del agua en las choperas. 

¡Son pájaros sin alas 
perdidos entre hierbas! 

Los árboles que cantan 
se tronchan y se secan. 
Y se tornan llanuras 
las montañas serenas. 
Mas la canción del agua 
es una cosa eterna. 

Ella es luz hecha canto 
de ilusiones románticas. 
Ella es firme y suave, 
llena de cielo y mansa. 
Ella es niebla y es rosa 
de 1a eterna mañana. 
Miel de luna que fluye 
de estrellas enterradas. 
¿Qué es el santo bautismo, 
sino Dios hecho agua 
que nos unge las frentes 
con su sangre de gracia? 
Por algo Jesucristo 
en ella confirmose. 

Por algo las estrellas 
en sus ondas descansan. 
Por algo madre Venus 
en su seno engendrose, 
que amor de amor tomamos 
cuando bebemos agua. 
Es el amor que corre 
todo manso y divino, 
es la vida del mundo, 
la historia de su alma. 

Ella lleva secretos 
de las bocas humanas, 
pues todos la besamos 
y la sed nos apaga. 
Es un arca de besos 
de bocas ya cerradas, 
es eterna cautiva, 
del corazón hermana. 

Cristo debió decirnos: 
'Confesaos con el agua, 
de todos los dolores, 
de todas las infamias. 

¿A quién mejor, hermanos, 
entregar nuestras ansias 
que a ella que sube al cielo 
en envolturas blancas?' 

No hay estado perfecto 
como al tomar el agua, 
nos volvemos más niños 
y más buenos: y pasan 
nuestras penas vestidas 
con rosadas guirnaldas. 
Y los ojos se pierden 
en regiones doradas. 

¡Oh fortuna divina 
por ninguno ignorada! 
Agua dulce en que tantos 
sus espíritus lavan, 
no hay nada comparable 
con tus orillas santas 
si una tristeza honda 
nos ha dado sus alas.

Federico García Lorca

Federico García Lorca (Fuentevaqueros, 5 de junio de 1898 – camino de Víznar a Alfacar, 1936) fue un poeta y dramaturgo español, adscrito a la generación del 27. Desde pequeño entró en contacto con las artes a través de la música y el dibujo. En 1915 comenzó a estudiar Filosofía y Letras, así como Derecho, en la Universidad de Granada. Formó parte de El Rinconcillo, tertulia de los artistas granadinos, donde conoció a Manuel de Falla. Entre 1916 y 1917 realizó una serie de viajes por España con sus compañeros de estudios, que inspiraron su primer libro Impresiones y paisajes (1918). En 1919 se instaló en la Residencia de Estudiantes de Madrid, coincidiendo con numerosos artistas e intelectuales como Luis Buñuel, Rafael Alberti o Salvador Dalí. Allí empezó a florecer su actividad literaria, con la publicación de obras como Libro de poemas (1921) o El maleficio de la mariposa (1920). En 1929 viajó a Nueva York por sugerencia de Fernando de los Ríos, plasmando este viaje en Poeta en Nueva York, que se publicaría cuatro años después de su muerte, en 1940. En 1931 fundó el grupo teatral universitario La Barraca, para acercar el teatro al pueblo mediante obras del Siglo de Oro. Otro viaje a Buenos Aires en 1933 hizo crecer más su popularidad con el estreno de Bodas de Sangre y a su vuelta a España, un año después, siguió publicando diversas obras como Yerma o La casa de Bernarda Alba. En 1936, al regresar a Granada, fue detenido y fusilado por sus ideas liberales.

  • Herido de amor, de Federico García Lorca | Poema

    Federico García Lorca

    Amor, amor 
    que está herido. 
    Herido de amor huido; 
    herido, 
    muerto de amor. 
    Decid a todos que ha sido 
    el ruiseñor. 
    Bisturí de cuatro filos, 
    garganta rota y olvido. 
    Cógeme la mano, amor, 
    que vengo muy mal herido, 

  • El lagarto viejo, de Federico García Lorca | Poema

    Federico García Lorca

    En la agostada senda 
    he visto al buen lagarto 
    (gota de cocodrilo) 
    meditando. 
    Con su verde levita 
    de abate del diablo, 
    su talante correcto 
    y su cuello planchado, 
    tiene un aire muy triste 
    de viejo catedrático. 
    ¡Esos ojos marchitos 

  • La casada infiel, de Federico García Lorca | Poema

    Federico García Lorca

    (A Lydia Cabrera y a su negrita) 
     
    Y que yo me la llevé al río 
    creyendo que era mozuela, 
    pero tenía marido. 
    Fue la noche de Santiago 
    y casi por compromiso. 
    Se apagaron los faroles 
    y se encendieron los grillos. 

  • Lluvia, de Federico García Lorca | Poema

    Federico García Lorca

    La lluvia tiene un vago secreto de ternura, 
    algo de somnolencia resignada y amable, 
    una música humilde se despierta con ella 
    que hace vibrar el alma dormida del paisaje. 

  • Hora de estrellas, de Federico García Lorca | Poema

    Federico García Lorca

    El silencio redondo de la noche 
    sobre el pentagrama 
    del infinito. 

  • Meditación bajo la lluvia, de Federico García Lorca | Poema

    Federico García Lorca

    (Fragmento) 
     
    A José Mora 
     
    Ha besado la lluvia al jardín provinciano 
    dejando emocionantes cadencias en las hojas. 
    El aroma sereno de la tierra mojada 
    inunda el corazón de tristeza remota. 

  • Telégrafo, de Federico García Lorca | Poema

    Federico García Lorca

    La estación estaba solitaria. Un hombre iba y otro venía. A veces la lengua de la campana mojaba de sonidos balbucientes sus labios redondos. Dentro se oía el rosario entrecortado del telégrafo.

  • ¡Cigarra!, de Federico García Lorca | Poema

    Federico García Lorca

    3 de agosto de 1918 (Fuente Vaqueros, Granada) 
    A María Luisa 

     
    ¡Cigarra! 
    ¡Dichosa tú!, 
    que sobre el lecho de tierra 
    mueres borracha de luz. 

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