Cuando me miro no me percibo. 
Tengo tanto la manía de sentir 
que me extravío a veces al salir 
de las propias sensaciones que recibo. 
El aire que respiro, este licor que bebo 
pertenecen a mi modo de existir, 
y nunca sé como he de concluir 
las sensaciones que a mi pesar concibo. 
Ni nunca, propiamente, reparé 
si en verdad siento lo que siento. Yo 
¿seré tal cual como me parezco? ¿Seré 
tal cual como me juzgo verdaderamente? 
También ante las sensaciones soy un poco ateo, 
ni sé bien si soy yo quien en mí siente.