I
ABISMO
Miro el Tajo, y de tal arte
que olvido el mirar mirando,
y de pronto esto se abate
sobre mí, devaneando:
¿Qué es ser río y correr?
¿Qué estar yo en ese ver?
Siento de repente poco,
vacuo el momento, el lugar.
Es hueco todo de pronto:
hasta mi estar en pensar.
Todo -yo y el mundo alrededor-
resulta más que exterior.
Pierde todo el ser, quedar,
y del pensar se me esconde.
Quedo sin poder atar
ser, idea, alma de nombre,
a la tierra, a los cielos, a mi yo...
Y de pronto encuentro a Dios.
II
PASÓ
Pasó, fuera de Cuándo,
de Por Qué y de Pasando...,
remolino de Ignorado
sin haberse arremolinado...,
vasto fuera de lo Vasto
sin ser, a sí se asombra...
El universo es su rastro...
Dios es su sombra...
III
LA VOZ DE DIOS
Brilla una voz en la noche...
desde dentro de Fuera la oía...
Oh Universo, yo te soy...
¡Oh, el horror de la alegría
de este pavor de que se apague
la antorcha que me guía!
Cenizas de ideas y de nombre
en mí, y la voz: Oh mundo,
sermente en ti yo me soy...
Mero eco de mí, me inundo
de olas de negra lumbre
en que hacia Dios me hundo.
IV
LA CAÍDA
De mi idea del mundo
Caí.
Vacuo más allá profundo,
sin tener Yo ni Allí...
Vacuo sin uno mismo, caos
de ser pensando como ser...
Escala absoluta sin peldaños...
Visión que no se puede ver...
¡Más allá de Dios! ¡Más allá de Dios! Negra calma...
Resplandor de Desconocido...
Todo tiene otro sentido, oh alma,
hasta el tener-un-sentido...
V
BRAZO SIN CUERPO BLANDIENDO UNA ESPADA
Entre el árbol y el verlo,
¿dónde está el sueño?
¿Qué arco del puente más vela
Dios?... Me entristece
no saber si esa curva del puente
es la curva del horizonte...
Entre lo que vive y la vida
hacia qué lado corre el río?
Árbol vestido de hojas,
entre eso y el árbol ¿hay un hilo?
Palomas volando, el palomar
¿está siempre a su derecha o es real?
Dios es un gran Intervalo,
pero, ¿entre qué y qué?...
Entre lo que digo y lo que callo
¿existo? ¿Quién es quien me ve?
Me engaño... Y el palomar elevado,
¿está en torno a la paloma, o a un lado?