No nos alegra tanto la alegría, de Fernando Pessoa | Poema

    Poema en español
    No nos alegra tanto la alegría

    No nos alegra tanto la alegría 
    que siga siendo alegre su añoranza, 
    ni la añoranza entristecer podría 
    la alegría que nunca más se alcanza. 

    Alegre es la alegría, y nos alegra, 
    o alegría pasada es solamente; 
    blanca alegría, pesadumbre negra: 
    ¿se siente la alegría que se siente? 

    ¡Vanas palabras! La alegría sabe 
    ser alegría, no razonamiento. 
    La mera reflexión nos asegura 

    un simple espejo, donde luz no cabe. 
    La mayor prueba para el pensamiento 
    no es pensar, es sentir esta amargura.

    • Bajo la dolorosa luz de las lámparas eléctricas de la fábrica 
      tengo fiebre y escribo. 
      Escribo rechinando los dientes, fiera ante la belleza de esto, 
      ante la belleza de esto totalmente desconocida para los antiguos. 

    • Al señor Mário de Sá-Carneiro 
       
      Es antes del opio que mi alma está enferma. 
      Sentir la vida que convalece y se seca 
      y voy en busca del opio que consuela 
      un Oriente al oriente del Oriente. 

    • A Santa Rita Pintor 
       
      Solo, en el muelle desierto, esta mañana de verano, 
      miro hacia el lado de la barra, miro hacia lo Indefinido, 
      miro y me alegra ver, 
      pequeño, negro y claro, un paquebote entrando. 
      Viene muy lejos, nítido, clásico a su manera. 

    • Trazo, solo, en mi cubículo de ingeniero, el plano, 
      firmo el proyecto, aislado aquí, 
      remoto hasta de quien yo soy. 
      Al lado, acompañamiento banalmente siniestro, 
      el tic-tac que estalla de las máquinas de escribir. 
      ¡Qué náusea de vida! 

    • Pasado mañana, sí. Pero sólo pasado mañana... 
      Mañana me pasaré el día pensando en pasado mañana, 
      y así será posible; pero hoy no... 
      No, hoy nada; hoy no puedo. 
      La persistencia confusa de mi subjetividad objetiva, 
      el sueño de mi vida real, intercalado,