Cuando me han preguntado la causa de mi amor yo nunca he respondido: Ya conocéis su gran belleza. (Y aún es posible que existan rostros más hermosos.) Ni tampoco he descrito las cualidades ciertas de su espíritu que siempre me mostraba en sus costumbres, o en la disposición para el silencio o la sonrisa según lo demandara mi secreto. Eran cosas del alma, y nada dije de ella. (Y aún debiera añadir que he conocido almas superiores.)
La verdad de mi amor ahora la sé: vencía su presencia la imperfección del hombre, pues es atroz pensar que no se corresponden en nosotros los cuerpos con las almas, y así ciegan los cuerpos la gracia del espíritu, su claridad, la dolorida flor de la experiencia, la bondad misma. Importantes sucesos que nunca descubrimos, o descubrimos tarde. Mienten los cuerpos, otras veces, un airoso calor, movida luz, honda frescura; y el daño nos descubre su seca falsedad.
La verdad de mi amor sabedla ahora: la materia y el soplo se unieron en su vida como la luz que posa en el espejo (era pequeña luz, espejo diminuto); era azarosa creación perfecta. Un ser en orden crecía junto a mí, y mi desorden serenaba. Amé su limitada perfección.
No tuve amor a las palabras; si las usé con desnudez, si sufrí en esa busca, fue por necesidad de no perder la vida, y envejecer con algo de memoria y alguna claridad.
Está en penumbra el cuarto, lo ha invadido la inclinación del sol, las luces rojas que en el cristal cambian el huerto, y alguien que es un bulto de sombra está sentado. Sobre la mesa los cartones muestran retratos de ciudad, mojados bosques
Cuando me han preguntado la causa de mi amor yo nunca he respondido: Ya conocéis su gran belleza. (Y aún es posible que existan rostros más hermosos.) Ni tampoco he descrito las cualidades ciertas de su espíritu que siempre me mostraba en sus costumbres,
Saliste a la terraza pensando que la brisa de la noche podría devolverte al que eres siempre. Mas la tibieza que en tu cuarto había era un ámbito, allí, bajo la calma de alejadas estrellas. Olvidar pretendías unas horas