El tiempo olvida y después mata. No pregunta. Sólo continúa dejando tras de sí censuras imposibles de olvidar.
El pasado es una suma, una operación inconclusa mitad experiencia, mitad infusa. No preguntes por el protagonista, siempre responde con más preguntas.
El futuro es una resta finita. Deja huecos para más ternuras, llena frascos de ambición y cordura, los lanza a ciegas en la noche oscura. Estallido de efectos mariposa.
El tiempo se pierde o te gana, una aguja sin cuestionar.
No puedo decir que la amé. Sería mentir. La amé, eso es cierto, pero no fui yo. Fue un extraño ser, una cándida y pueril imagen de mi rostro imberbe, de mis ojos dulces y sonrisa complaciente. Tal vez ese extraño la amase.
Desde que no está he desarrollado la facilidad espontánea para llorar. La memoria tiene la cola muy larga, ahora la vida es más y más estrecha. De repente, me nublo por dentro para no encharcarme de culpa. Agacho la vista hacia los azulejos