¿Juegas?
Si pudiera decir las olas
que surcan las quillas de mi nube
se hundirían las anclas,
los camarotes y hasta el biruje.
¿A quién conoces viajero?
No levanta la cara del mapa,
náufraga mirada entre letras,
bordes y corrientes de nácar.
No, no estoy especialmente orgulloso
de tantos juguetes de fábrica,
ni del nuevo milagro intelectual como
solución a todas las facturas.
No me alegran especialmente
los puentes de arriba a abajo, las ciudades
a ninguna otra parte, los camiones
a manos del transporte inagotable.
No, no creo que queden más cerca,
ni siquiera diferentes por educar.
La desigualdad no es una idea
personalmente interna, es internacional.
No estoy satisfecho del olor de los billetes,
ni de la amenaza de masacres nucleares;
no estoy de acuerdo con los que más tienen,
ni es culpa de los bosques o las minas de hambre.
No, no creo que esté todo hecho
a este lado de la vergüenza pacífica.
No, nadie puede estar satisfecho
de tanta injusticia tan bien repartida.