Una mano inquieta dejando caer el vaso de leche, de Francisco Fernández | Poema

    Poema en español
    Una mano inquieta dejando caer el vaso de leche

    Ayer queda tan lejos 
    como su sombra, 
    como cualquier sombra pasada 
    de luz intocable. 

    Este miedo constante 
    mantiene alerta la carne, 
    de puntillas la inocencia 
    tras la mirilla 
    del horizonte. 
    Ahora es tarde. 

    Amor. 
    Son los ríos 
    cuando llegan al mar como afluentes 
    subterráneos. 

    El aire nos despega 
    los años del cuerpo, 
    ancla los pasos al fondo, 
    hace de velcro los terráqueos inviernos 
    cuando cualquier suave brisa 
    no es suficiente. 

    Los perfiles del viento 
    mecen las hojas al tacto 
    de su sombra 
    y las eleva 
    las conserva intactas 
    las sombras 
    eternas, del limonero ausente.