Biografía, de Gabriel Celaya | Poema

    Poema en español
    Biografía

    No cojas la cuchara con la mano izquierda. 
    No pongas los codos en la mesa. 
    Dobla bien la servilleta. 
    Eso, para empezar. 

    Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece. 
    ¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes? 
    Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero. 
    Eso, para seguir. 

    ¿Le parece a usted correcto que un ingeniero haga versos? 
    La cultura es un adorno y el negocio es el negocio. 
    Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas. 
    Eso, para vivir. 

    No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto. 
    No bebas. No fumes. No tosas. No respires. 
    ¡Ay, sí, no respirar! Dar el no a todos los nos. 
    Y descansar: morir.

    • Era una casa grande, vacía, llena de ecos, 
      con veinte ventanales abiertos hacia el mar. 
      Y el mar sonaba triste contra el acantilado 
      como el destino sueña y acaba por matar. 
      Era una casa rara porque nada pasaba 
      y siempre parecía que algo iba a pasar. 

    • Nosotros desapareceremos y las cosas-cosas subsistirán. A 
      fin de cuentas, los sistemas atómicos de la silla en que me 
      siento y de la copa en que bebo son más estables - es decir, 
      más inmortales - que yo. 

    • Nosotros somos quien somos. 
      ¡Basta de Historia y de cuentos! 
      ¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos. 

      Ni vivimos del pasado, 
      ni damos cuerda al recuerdo. 
      Somos, turbia y fresca, un agua que atropella sus comienzos. 

    • Cuando llueve, y reviso mis papeles, y acabo 
      tirando todo al fuego: poemas incompletos, 
      pagarés no pagados, cartas de amigos muertos, 
      fotografías, besos guardados en un libro, 
      renuncio al peso muerto de mi terco pasado, 

    • Función de Uno - Equis - Ene: 
      Uno es Ene menos alguien; 
      Ene, el Uno colectivo; 
      Equis, el orden sin nadie. 
      Planteamiento en Uno 
      Aparecer. Y gritar. 
      Ser deslumbrante un momento. 
      Quemarse en el entusiasmo. 
      Y luego, escuchar el eco.