Nosotros desapareceremos y las cosas-cosas subsistirán. A fin de cuentas, los sistemas atómicos de la silla en que me siento y de la copa en que bebo son más estables - es decir, más inmortales - que yo.
Y el yo que se creía, tan orondo y redondo, tan total, paternal, derramando bondad hacia ti y hacia el otro, sin distinción a todos, sin dudar de su fijo, circular y total ser un yo, ser quien fue, ser sólo un ser sin más
descubre de repente que no era tan cerrado, ni tan el que creía, porque un susto: un mesón, uno entre mil millones de su constitución, va de pronto y estalla. La Física hablará si es que hay explicación, del micro y del Señor.
¿Dónde está tu dominio de humanista, Don Yo? ¡Y si a sustos o a saltos te mata un electrón! Piensa bien el desastre. Porque no morirías. Harías explosión. Y sólo quedaría fuera de ti, sin ti, cierto pequeño horror.
La copa de coñac que estás ahora bebiendo, con su sistema propio micro-atómico, extraño a ti, como una estrella puede serlo a otros mundos, quedaría, y tú no. Serías nada-nunca, nunca-más. Sólo subsistiría la copa de coñac.
Como si todo estuviera de nuevo comenzando puesto que el dios sólo existe en tanto que instantáneo, fulgurante, terrible y ¡ah!, por eso no se dice ni puede repetirse -¡tanto si bien se mira se parece a la muerte!-,
Las máquinas nos mascan con dientes igualitos y salen aeroplanos, gramolas, ascensores... ; del sudor y la sangre, un mundo limpio y nuevo. (Y a veces instantáneos palacios de luz loca donde los millonarios gastan todos sus ceros.)
Nosotros desapareceremos y las cosas-cosas subsistirán. A fin de cuentas, los sistemas atómicos de la silla en que me siento y de la copa en que bebo son más estables - es decir, más inmortales - que yo.
Cuando llueve, y reviso mis papeles, y acabo tirando todo al fuego: poemas incompletos, pagarés no pagados, cartas de amigos muertos, fotografías, besos guardados en un libro, renuncio al peso muerto de mi terco pasado,
Función de Uno - Equis - Ene: Uno es Ene menos alguien; Ene, el Uno colectivo; Equis, el orden sin nadie. Planteamiento en Uno Aparecer. Y gritar. Ser deslumbrante un momento. Quemarse en el entusiasmo. Y luego, escuchar el eco.