Poema desde un caracol, de Gabriel García Márquez | Poema

    Poema en español
    Poema desde un caracol

    Yo he visto el mar. Pero no era 
    el mar retórico con mástiles 
    y marineros amarrados 
    a una leyenda de cantares. 

    Ni el verde mar cosmopolita 
    -mar de Babel- de las ciudades, 
    que nunca tuvo unas ventanas 
    para el lucero de la tarde. 

    Ni el mar de Ulises que tenía 
    siete sirenas musicales cual siete islas rodeadas 
    de música por todas partes. 

    Ni el mar inútil que regresa 
    con una carga de paisajes 
    para que siempre sea octubre 
    en el sueño de los alcatraces. 

    Ni el mar bohemio con un puerto 
    y un marinero delirante 
    que perdiera su corazón 
    en una partida de naipes. 

    Ni el mar que rompe contra el muelle 
    una canción irremediable 
    que llega al pecho de los días 
    sin emoción, como un tatuaje. 

    Ni el mar puntual que siempre tiene 
    un puerto para cada viaje 
    donde el amor se vuelve vida 
    como en el vientre de una madre. 

    Que era mi mar el mar eterno, 
    mar de la infancia, inolvidable, 
    suspendido de nuestro sueño 
    como una Paloma en el aire. 

    Era el mar de la geografía, 
    de los pequeños estudiantes, 
    que aprendíamos a navegar 
    en los mapas elementales. 

    En el mar de los caracoles, 
    mar prisionero, mar distante, 
    que llevábamos en el bolsillo 
    como un juguete a todas partes. 

    El mar azul que nos miraba, 
    cuando era nuestra edad tan frágil 
    que se doblaba bajo el 
    peso de los castillos en el aire. 

    Y era el mar del primer amor 
    en unos ojos otoñales. 

    Un día quise ver el mar 
    -mar de la infancia- y ya era tarde.

    Gabriel García Márquez (1927- 2014), nacido en Colombia, es una de las figuras más importantes e influyentes de la literatura universal. Ganador del Premio Nobel de Literatura en 1982, fue, además de novelista, cuentista, ensayista, crítico cinematográfico, autor de guiones y, sobre todo, un intelectual comprometido con los grandes problemas de nuestro tiempo, y en primer término con los que afectaban a su amada Colombia y a Hispanoamérica en general. Máxima figura del llamado «realismo mágico», en el que historia e imaginación tejen el tapiz de una literatura viva, que respira por todos sus poros, fue en definitiva el hacedor de uno de los mundos narrativos más densos de significado que ha dado la lengua española en el siglo XX. Entre sus novelas más importantes figuran Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le escriba, Relato de un náufrago, Crónica de una muerte anunciada, La mala hora, El general en su laberinto, el libro de relatos Doce cuentos peregrinos, El amor en los tiempos del cólera y Diatriba de amor contra un hombre sentado. En el año 2002 publicó la primera parte de su autobiografía, Vivir para contarla, en 2004 volvió a la ficción con Memorias de mis putas tristes, y en 2012 sus relatos fueron recopilados en Todos los cuentos.