Autorretrato, de Gerardo Diego | Poema

    Poema en español
    Autorretrato

    Todo lo que llevo dentro 
    está ahí fuera. 
    Se ha hecho -fiel a sí mismo- 
    mi evidencia. 
    Mis pensamientos son montes, 
    mares, selvas, 
    bloques de sal cegadora, 
    flores lentas. 
    El sol realiza mis sueños, 
    me los crea 
    y el viento pintor, errante, 
    -luz, tormenta- 
    pule y barniza mis óleos, 
    mis poemas, 
    y el crepúsculo y la luna 
    los avientan. 

    Podéis tocar con las manos 
    mi conciencia. 
    Gozar podéis con los ojos 
    -negro y sepia- 
    los colores y las tintas 
    de mis penas. 
    Y eso que os roza el labio, 
    bruma o seda, 
    es mi amor -flores o pájaros 
    que revuelan- 
    mis amores, criaturas 
    libres, sueltas. 

    Todo lo que fuera duerme, 
    queda o pasa, 
    todo lo que huele o sabe, 
    toca o canta, 
    conmigo dentro se ha hecho 
    viva entraña, 
    víscera oscura y distinta, 
    sueño y alma. 
    Si pudierais traspasarme 
    os pasmarais. 
    Todo está aquí, aquí dormido. 
    Dibujada 
    llevo en mi sangre y mi cuerpo 
    cuerpo y sangre de mi patria. 
    Luces y luces de cielo, 
    cosas santas. 
    Todo lo que está aquí dentro 
    fuera estaba. 
    Todo lo que estaba ahí fuera 
    dentro calca. 
    El universo infinito 
    me enmaraña; 
    auscultadme, soy su cárcel 
    sin ventanas. 

    Escuchadme, dentro, fuera, 
    donde os plazca. 
    Mis más íntimos secretos 
    por el aire los pregonan 
    y los cantan.

    Gerardo Diego fue un poeta español, miembro de la llamada Generación del 27, que nació en Santander, el 3 de Octubre de 1896. Licenciado en Letras, impartió clases en distintos institutos españoles, aunque ya para entonces había comenzado su carrera literaria, primero centrándose en la escritura de cuentos para luego, ya en 1920, pasar a la poesía con El romancero de la novia. Se considera su publicación de la antología Poesía española: 1915-1931, la primera reunión de los poetas que formarían el cuerpo de la Generación del 27. Pasa la Guerra Civil en Francia y tras el conflicto continúa con su actividad docente y poética. En el año 1947 fue elegido miembro de la RAE. A lo largo de su vida recibió distintos premios y homenajes, entre los que habría de destacar el Calderón de la Barca de 1962, y el más importante de la lengua castellana, el Premio Cervantes, que recibió en 1979. Gerardo Diego murió en Madrid el 8 de Julio de 1987.