Escrito en la arena, de Hermann Hesse | Poema

    Poema en español
    Escrito en la arena

    Que lo hermoso y lo hechicero 
    sea tan sólo hálito y tormenta, 
    y que lo encantador y lo precioso 
    y lo propicio nunca permanezca: 
    que flor y nube y pompa de jabón, 
    fuegos artificiales, risas de los niños, 
    mirada de mujer en el espejo 
    y tantas otras cosas tan maravillosas 
    que se extinguen, apenas descubiertas, 
    duren sólo un instante, 
    eso penosamente lo sabemos. 
    No nos es tan querido 
    lo duradero, inmóvil: 
    piedra preciosa con un fuego frío, 
    pesada barra de oro refulgente; 
    y las mismas estrellas 
    extrañas, alejadas, no parecen 
    iguales a nosotros, seres transitorios, 
    pues la hondura del alma no la alcanzan. 
    Parece que lo hermoso, que lo amable tienda a la destrucción, 
    tan cerca siempre de la muerte, 
    y que lo más precioso, los tonos de la música 
    que desde el nacimiento 
    huyen, se desvanecen, 
    hálito son tan sólo, ríos, persecución. 
    Y por un dolor tenue derribados de un soplo, 
    pues tampoco se dejan detener 
    por el tiempo que dura este latido, tampoco exorcizar; 
    sonido tras sonido, casi apenas tocados, 
    se esfuman y se escurren desde allí. 

    Así está nuestro corazón 
    lealmente entregado, 
    fraternalmente a lo fugaz, 
    la vida, lo que mana, 
    no a lo que, sólido, posee duración. 
    Pronto lo permanente nos fatiga, joyas, 
    roca y mundo estrellado, 
    a nosotros, en el eterno cambio a la deriva, 
    almas de viento y pompas de jabón, 
    al tiempo unidos, y fugaces, 
    a quienes el rocío de una hoja rosa, 
    a quienes el cortejo de unas aves, 
    la muerte del espejo de las nubes, 
    el brillo de la nieve, el arco iris, 
    la mariposa que voló, nosotros, 
    a quienes el sonido de una risa 
    que al pasar nos rozara 
    nos parece una fiesta 
    o nos causa dolor. Amamos todo aquello 
    que nos es semejante, y entendemos 
    lo que el viento escribe sobre la arena.

    Hermann Hesse (Calw, Alemania, 1877 – Montagnola, Suiza, 1962), novelista y poeta, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura de 1946. Su obra es una de las más traducidas y laureadas de la literatura alemana, especialmente popular entre el público joven. Las obras de Hesse están repletas de referencias a los temas que más le preocupaban: la dualidad del hombre, y la permanente división entre la espiritualidad y la expresión de su naturaleza. Entre sus obras emblemáticas se encuentran Siddhartha (1922) y El lobo estepario (1927). 

    • En ocasiones solemos coger la pluma 
      y escribimos sobre una hoja en blanco, 
      signos que dicen esto y aquello: todos los conocen, 
      es un juego que tiene sus reglas. 
      Si viniera, en cambio, algún salvaje o loco, 
      y, curioso observador, acercase sus ojos a 

    • Por la verde ronda de hojas ya se asoma 
      con temor infantil, y apenas mirar osa; 
      siente las ondas de luz que la cobijan, 
      y el azul incomprensible del cielo y del Verano. 
      Luz, viento y mariposas la cortejan; abre, 
      con la primera sonrisa, su ansioso corazón 

    • Para mí, el solitario, sólo para mí 
      brillan las innumerables estrellas de la noche, 
      la fuente de piedra susurra su mágica canción, 
      y sólo para mí, para mí, el solitario, 
      surcan las sombras coloreadas 
      igual que nubes que deambulasen como sueño sobre el paisaje. 

    • De noche lentamente 
      andan por el campo las parejas, 
      las mujeres sueltan su pelo, 
      cuenta su dinero el comerciante, 
      los ciudadanos leen con temor las novedades 
      en el diario de la tarde, 
      niños con los pequeños puños cerrados