De noche, de Hermann Hesse | Poema

    Poema en español
    De noche

    De noche lentamente 
    andan por el campo las parejas, 
    las mujeres sueltan su pelo, 
    cuenta su dinero el comerciante, 
    los ciudadanos leen con temor las novedades 
    en el diario de la tarde, 
    niños con los pequeños puños cerrados 
    honda y suficientemente duermen. 

    Cada uno hace lo único verdadero, 
    sigue una misión sublime, 
    lactante, ciudadano, parejas: 
    ¿y yo, en cambio, yo no? 

    ¡Sí! También mis nocturnos actos 
    cuyo esclavo soy, 
    no pueden escapar al espíritu del mundo, 
    ellos también tienen sentido. 

    Y voy así, de un lado para otro, 
    bailo íntimamente, 
    susurro tontas canciones callejeras, 
    a Dios alabo y a mí mismo, 
    bebo vino y fantaseo, 
    como si fuera un bajá, 
    siento en los riñones unas molestias, 
    sonrío, bebo más, 
    a mi corazón digo sí 
    (mañana es imposible), 
    tramo a partir de pasados dolores 
    un poema, como jugando, 
    veo rodar la luna y las estrellas, 
    intuyo su sentido, 
    siento como si viajara con ellas 
    no importa a dónde. 

    Hermann Hesse (Calw, Alemania, 1877 – Montagnola, Suiza, 1962), novelista y poeta, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura de 1946. Su obra es una de las más traducidas y laureadas de la literatura alemana, especialmente popular entre el público joven. Las obras de Hesse están repletas de referencias a los temas que más le preocupaban: la dualidad del hombre, y la permanente división entre la espiritualidad y la expresión de su naturaleza. Entre sus obras emblemáticas se encuentran Siddhartha (1922) y El lobo estepario (1927). 

    • En ocasiones solemos coger la pluma 
      y escribimos sobre una hoja en blanco, 
      signos que dicen esto y aquello: todos los conocen, 
      es un juego que tiene sus reglas. 
      Si viniera, en cambio, algún salvaje o loco, 
      y, curioso observador, acercase sus ojos a 

    • Por la verde ronda de hojas ya se asoma 
      con temor infantil, y apenas mirar osa; 
      siente las ondas de luz que la cobijan, 
      y el azul incomprensible del cielo y del Verano. 
      Luz, viento y mariposas la cortejan; abre, 
      con la primera sonrisa, su ansioso corazón 

    • Para mí, el solitario, sólo para mí 
      brillan las innumerables estrellas de la noche, 
      la fuente de piedra susurra su mágica canción, 
      y sólo para mí, para mí, el solitario, 
      surcan las sombras coloreadas 
      igual que nubes que deambulasen como sueño sobre el paisaje. 

    • De noche lentamente 
      andan por el campo las parejas, 
      las mujeres sueltan su pelo, 
      cuenta su dinero el comerciante, 
      los ciudadanos leen con temor las novedades 
      en el diario de la tarde, 
      niños con los pequeños puños cerrados