La siesta, de Hermanos Álvarez Quintero | Poema

    Poema en español
    La siesta

    En un rincón de un patio fresco y ameno, 
    que alegran y perfuman aves y flores, 
    una niña morena, que tiene amores, 
    duerme, puestas las manos sobre su seno. 

    Sueña, y al grato hechizo de cuanto mira 
    a través de la bruma de lo soñado, 
    se dilata su seno blanco y rosado, 
    y su boca de grana se abre y suspira. 

    Luz del alma ilumina su rostro hermoso: 
    se encienden sus mejillas, tiembla y sonríe, 
    y más con lo que sueña su amor se engríe, 
    y es cada vez su aliento más anheloso... 

    Murmura luego su nombre: nadie contesta... 
    Abre sus ojos negros con mudo espanto, 
    y al ver de sus quimeras roto el espanto 
    volviendo al sueño dice: ¡Bendita siesta!