Debí haberte encontrado diez años antes o diez años después. Pero llegaste a tiempo. Antes, me hubiera gustado conocerte con libertad, sin restricciones. Sin limites ni complejos. Después, con calma y serenidad,
Me doy cuenta de que me faltas y de que te busco entre las gentes, en el ruido, pero todo es inútil. Cuando me quedo solo me quedo más solo solo por todas partes y por ti y por mí. No hago sino esperar. Esperar todo el día hasta que no llegas.
Canonicemos a las putas. Santoral del sábado: Bety, Lola, Margot, vírgenes perpetuas, reconstruidas, mártires provisorias llenas de gracia, manantiales de generosidad.
No es que muera de amor, muero de ti. Muero de ti, amor, de amor de ti, de urgencia mía de mi piel de ti, de mi alma, de ti y de mi boca y del insoportable que yo soy sin ti.
Me tienes en tus manos y me lees lo mismo que un libro. Sabes lo que yo ignoro y me dices las cosas que no me digo. Me aprendo en ti más que en mi mismo. Eres como un milagro de todas horas, como un dolor sin sitio.
Dulces muslos deseados, íntima piel suave, mujer en muslos dulces, ¿dónde estás? ¿Qué ha quedado de ti? Para mi boca el aire calcinado. Muslos de amor, amantes, apretados, tiernos, desnudos, sellados. Esbeltos de mis ojos,
A estas horas, aquí Habría que bailar ese danzón que tocan en el cabaret de abajo, dejar mi cuarto encerrado y bajar a bailar entre borrachos. Uno es un tonto en una cama acostado, sin mujer, aburrido, pensando, sólo pensando.