El trovador, de Johann Wolfgang von Goethe | Poema

    Poema en español
    El trovador

    ¿Qué acento afuera del portal resuena? 
    ¿Qué rumor de la fuente el aire agita? 
    Dejad que el canto que el espacio llena 
    en la real estancia se repita. 
    A la voz de su rey, que así lo ordena, 
    el paje a obedecer se precipita, 
    y cuando vuelve, dice el soberano, 
    haced entrar al trovador anciano. 

    ¡Salud! hidalgos y gentiles hombres, 
    ¡Salud! señoras de belleza rara, 
    de tanta estrella, ¿quién sabrá los nombres? 
    ¿Quién se atreve a mirarlas cara a cara? 
    Humilde corazón no aquí te asombres 
    ante esplendor y pompa tan preclara, 
    y ciérrense mis ojos que para ellos 
    no han de ser espectáculos tan bellos. 

    Cierra los ojos y del arpa brota 
    bajo su mano, excelsa melodía 
    que con el canto confundida flota 
    en raudal de purísima armonía.