Te has decidido, Rufo, a probar suerte en un certamen de provincias donde ejerzo casualmente de jurado, y encuentro razonable que me llames, al cabo de diez años de silencio, preguntando qué pasa con mi cátedra,
Yo, o lo que fuera entonces, navegaba por el plácido mar materno, cuando, un día de agosto, doscientos antes de mi nacimiento, y contando la misma edad que ahora yo tengo,