Las horas sucesivas, de Jorge Guillén | Poema

    Poema en español
    Las horas sucesivas

    Llueve torrencialmente. 
    ¡Qué ganas de beber! No quiero vino. 
    dame un jugo de fruta. 
    ¡Cómo tiemblan, se tuercen bajo el agua 
    con viento los ramajes! 

    Es muy temprano. Ven. 
    El sueño matutino es delicioso: 
    apenas ver la luz mientras se duerme, 
    casi se duerme, retrasando el día. 

    ¿No duermes? Bien así. Más te acaricio, 
    más me abandono yo, más te abandonas, 
    muy felices o como si lo fuéramos, 
    ¿y no lo somos ya si lo creemos? 

    Cuando cese la lluvia, 
    la tierra del jardín olerá a tierra. 
    No habrá mejor fragancia. 
    Y después vendrá el día con sus horas 
    fugaces, nunca sueltas, 
    nunca sin sus raíces, 
    a pasado y futuro encadenadas. 
    ¿Cómo aislar en el aire los momentos? 

    Jorge Guillén nació en 1893 en Valladolid y creció en el seno de una familia liberal. Cursó el bachillerato en Suiza y la carrera de letras en las universidades de Madrid y Granada. Vivió entre 1917 y 1923 en París, donde conoció a Paul Valéry, quien influyó de manera decisiva en su poesía y en su concepción estética general. Lector en Oxford y catedrático en Murcia y Sevilla, la guerra civil le llevó a un prolongado exilio en Estados Unidos, donde impartió clases en el Wellesley College y en la Universidad de Harvard. Al regresar del exilio, y una vez terminada la dictadura, recibió el Premio Cervantes en 1976 y fue nombrado miembro de honor de la Real Academia Española en 1978. Falleció en Málaga en 1984.