Tu oficio, poeta, de José Antonio Muñoz Rojas | Poema

    Poema en español
    Tu oficio, poeta

    Para que algo quede de este latir, 
    para que, si alguien quiere mirarse, pueda; 
    para calmar quizá alguna sed, y que alguien diga 
    «a mí me pasó algo semejante». 

    Los poetas estamos para eso: 
    para ofrecerles tránsito a los demás, 
    para que se encaramen sobre nuestros latidos, y que divisen 
    un poco más allá, en medio 
    de tanta oscuridad como nos circunda. 
    A veces nada tiene sentido, ni siquiera 
    que me des la mano o ese 
    limón redondo tan bello en la vereda. 
    A veces lo que tiene sentido no tiene sangre, 
    ese poco de sangre por la cual se muere. 
    Todo es ganas de morir de otra manera, 
    ganas de imitar a los ríos y que la tierra vea 
    que hay otras aguas y otras penas, y los cielos 
    contemplen misericordiosamente 
    nuestras peregrinaciones. 

    Tu oficio, poeta, es contemplar, 
    que todo se te escriba dentro; luego, 
    quizá leer allí mismo, quizá decir a los otros 
    lo que allí mismo, escrito, tú lees. 

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